El empresario que asesinó a su esposa en 2015 de 74 puñaladas dijo no poder "explicar, ni justificar" lo que pasó
El empresario Fernando Farré leyó este lunes una carta a sus hijos en la que les pidió perdón, afirmó que no puede “explicar ni justificar lo que pasó” y sostuvo: “Daría mi vida por irme yo y que ustedes estén con su madre”.
“Cuando puedan y quieran pueden venir a visitarme o llamarme por teléfono”, leyó entre lágrimas el acusado por el crimen de su esposa Claudia Schaefer, en los alegatos del juicio por el crimen cometido en 2015, que se celebra en un tribunal de San Isidro.
Farré afirmó no poder explicar cómo se siente “ni justificar lo que pasó”. “Sé que las cosas no estaban bien pero el desenlace fue totalmente imprevisible”, aseveró el empresario, a la par que confesó que le “duele seguir viviendo”. “Pero acá estoy y tengo que seguir por ustedes”, sostuvo.
“Esto es un femicidio de manual, la mató a sangre fría. Cuando a Farré ya no le sirvió la foto de familia feliz, se deshizo de su mujer”, aseguró la fiscal Laura Zyseskind, que pidió que el hombre sea condenado por homicidio agravado por el vínculo y por femicidio, por lo que podría recibir una pena de prisión perpetua.
A esa pena sólo se arribaría si se ponen de acuerdo los 12 jurados populares que deben emitir su fallo. En torno a la intencionalidad, estuvo de acuerdo en su alegato la también fiscal Carolina Carballido, quien sostuvo que el acusado “decidió y organizó todos los pasos, desde que tomó el cuchillo hasta que degolló a su mujer”.
Ese argumento de las instructoras apunta directamente contra la estrategia de la defensa del imputado, encabezada por el abogado Adrián Tenca, que busca demostrar que el crimen se produjo bajo emoción violenta y quien se aprestaba a brindar su propio alegato.
El empresario Fernando Farré leyó este lunes una carta a sus hijos en la que les pidió perdón, afirmó que no puede “explicar ni justificar lo que pasó” y sostuvo: “Daría mi vida por irme yo y que ustedes estén con su madre”.
“Cuando puedan y quieran pueden venir a visitarme o llamarme por teléfono”, leyó entre lágrimas el acusado por el crimen de su esposa Claudia Schaefer, en los alegatos del juicio por el crimen cometido en 2015, que se celebra en un tribunal de San Isidro.
Farré afirmó no poder explicar cómo se siente “ni justificar lo que pasó”. “Sé que las cosas no estaban bien pero el desenlace fue totalmente imprevisible”, aseveró el empresario, a la par que confesó que le “duele seguir viviendo”. “Pero acá estoy y tengo que seguir por ustedes”, sostuvo.
“Esto es un femicidio de manual, la mató a sangre fría. Cuando a Farré ya no le sirvió la foto de familia feliz, se deshizo de su mujer”, aseguró la fiscal Laura Zyseskind, que pidió que el hombre sea condenado por homicidio agravado por el vínculo y por femicidio, por lo que podría recibir una pena de prisión perpetua.
A esa pena sólo se arribaría si se ponen de acuerdo los 12 jurados populares que deben emitir su fallo. En torno a la intencionalidad, estuvo de acuerdo en su alegato la también fiscal Carolina Carballido, quien sostuvo que el acusado “decidió y organizó todos los pasos, desde que tomó el cuchillo hasta que degolló a su mujer”.
Ese argumento de las instructoras apunta directamente contra la estrategia de la defensa del imputado, encabezada por el abogado Adrián Tenca, que busca demostrar que el crimen se produjo bajo emoción violenta y quien se aprestaba a brindar su propio alegato.
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