Signado por la inexperiencia y sin llegar a poner en práctica programas antipáticos, el mandatario francés sufrió la peor caída de popularidad de la que se tenga registro tras cumplir tres meses en el Palacio del Elíseo.
Cuando se postulaba para ser presidente francés, Emmanuel Macron siempre proclamaba que gobernaría "a largo plazo", e ignoraría el "ruido" a corto plazo de noticias y comentarios en tiempo real, y decía además que no prestaría mucha atención a las encuestas de popularidad.
Macron y sus asesores fueron muy claros en que el presidente no querría ser juzgado en sus primeros 100 días. Al menos en eso hubo congruencia, ya que la sensación de hace unos meses la pasa mal en casa por estos días. El presidente francés ha acumulado una serie de errores domésticos que han mellado su estela. Comenzando por un parlamento dominado por diputados inexpertos de su partido que ha sido criticado por un enfoque aficionado al momento de legislar.
Como resultado, las encuestas que el presidente se ha propuesto no consultar ahora muestran que tiene una calificación de aprobación más baja que incluso el muy impopular François Hollande en la misma etapa de su presidencia. Los defensores de Macron señalan que todavía está en una curva de aprendizaje, y que ha demostrado que puede ser un aprendiz rápido.
Los pesimistas, por otra parte, temen que el propio estilo de gobierno de Macron sea el culpable. Se preguntan si el joven presidente, que prometió cambiar la nación, será capaz de cambiarse a sí mismo. Y advierten que habrá más problemas cuando el gobierno comience a implementar las reformas que el presidente prometió durante su campaña, un proceso que aún no ha comenzado realmente.
Su presidencia ha sido por ahora una de imagen más que de palabras, y si a eso vamos, también ha habido algo de palabras más que hechos. Las imágenes y videos del presidente superan en número a sus discursos, sus entrevistas de prensa han sido casi inexistentes, y sus principales acciones hasta ahora han sido a menudo contradecir a su propio gabinete.
Según los expertos, Macron comenzará a involucrarse más en el negocio de gobernar en septiembre al "hablar" con la nación, ya sea a través de un discurso, una entrevista con los medios, o una conferencia de prensa. Eso es algo que no ha hecho en serio desde que fue elegido, a excepción de unas pocas y muy cuidadosas intervenciones en el ruedo nacional.
Cuando se postulaba para ser presidente francés, Emmanuel Macron siempre proclamaba que gobernaría "a largo plazo", e ignoraría el "ruido" a corto plazo de noticias y comentarios en tiempo real, y decía además que no prestaría mucha atención a las encuestas de popularidad.
Macron y sus asesores fueron muy claros en que el presidente no querría ser juzgado en sus primeros 100 días. Al menos en eso hubo congruencia, ya que la sensación de hace unos meses la pasa mal en casa por estos días. El presidente francés ha acumulado una serie de errores domésticos que han mellado su estela. Comenzando por un parlamento dominado por diputados inexpertos de su partido que ha sido criticado por un enfoque aficionado al momento de legislar.
Como resultado, las encuestas que el presidente se ha propuesto no consultar ahora muestran que tiene una calificación de aprobación más baja que incluso el muy impopular François Hollande en la misma etapa de su presidencia. Los defensores de Macron señalan que todavía está en una curva de aprendizaje, y que ha demostrado que puede ser un aprendiz rápido.
Los pesimistas, por otra parte, temen que el propio estilo de gobierno de Macron sea el culpable. Se preguntan si el joven presidente, que prometió cambiar la nación, será capaz de cambiarse a sí mismo. Y advierten que habrá más problemas cuando el gobierno comience a implementar las reformas que el presidente prometió durante su campaña, un proceso que aún no ha comenzado realmente.
Su presidencia ha sido por ahora una de imagen más que de palabras, y si a eso vamos, también ha habido algo de palabras más que hechos. Las imágenes y videos del presidente superan en número a sus discursos, sus entrevistas de prensa han sido casi inexistentes, y sus principales acciones hasta ahora han sido a menudo contradecir a su propio gabinete.
Según los expertos, Macron comenzará a involucrarse más en el negocio de gobernar en septiembre al "hablar" con la nación, ya sea a través de un discurso, una entrevista con los medios, o una conferencia de prensa. Eso es algo que no ha hecho en serio desde que fue elegido, a excepción de unas pocas y muy cuidadosas intervenciones en el ruedo nacional.
Publicar un comentario