Ante la escasez de suministros y la precariedad de los alojamientos, las autoridades han decidido empezar a trasladar a los desplazados a través de Fort McMurray, una ciudad fantasma en la que sólo permanecen unos 200 bomberos que intentan evitar que las llamas destruyan instalaciones vitales para la ciudad.

Las autoridades de Canadá esperan un cambio en las condiciones meteorológicas para contener el incendio que ha arrasado más de 100.000 hectáreas de bosque en el noroeste del país y obligado a evacuar a cerca de 90.000 personas.
Centenares de vehículos de desplazados por el incendio son escoltados por la Policía Montada canadiense a través de la ciudad de Fort McMurray, a unos 2.600 kilómetros al noroeste de Toronto, hacia el sur de la provincia de Alberta.
Los desplazados, unos 25.000, son parte de los 70.000 habitantes de Fort McMurray que tuvieron que ser evacuados el martes a marchas forzadas por el rápido avance del fuego hacia la ciudad. Algo más de la mitad de la población de Fort McMurray pudo escapar al sur, hacia las ciudades de Edmonton y Calgary, pero el resto se tuvo que refugiar al norte de la localidad cuando las llamas bloquearon la autopista 63.
En los últimos días, las autoridades de la provincia de Alberta intentaban asegurar una ruta de escape hacia el sur para los 25.000 desplazados que habían buscado refugio en los campamentos para los trabajadores de las explotaciones petrolíferas del norte de Fort McMurray.
Ante la escasez de suministros y la precariedad de los alojamientos, las autoridades han decidido empezar a trasladar a los desplazados a través de Fort McMurray, una ciudad fantasma en la que sólo permanecen unos 200 bomberos que intentan evitar que las llamas destruyan instalaciones vitales para la ciudad.

Las autoridades de Canadá esperan un cambio en las condiciones meteorológicas para contener el incendio que ha arrasado más de 100.000 hectáreas de bosque en el noroeste del país y obligado a evacuar a cerca de 90.000 personas.
Centenares de vehículos de desplazados por el incendio son escoltados por la Policía Montada canadiense a través de la ciudad de Fort McMurray, a unos 2.600 kilómetros al noroeste de Toronto, hacia el sur de la provincia de Alberta.
Los desplazados, unos 25.000, son parte de los 70.000 habitantes de Fort McMurray que tuvieron que ser evacuados el martes a marchas forzadas por el rápido avance del fuego hacia la ciudad. Algo más de la mitad de la población de Fort McMurray pudo escapar al sur, hacia las ciudades de Edmonton y Calgary, pero el resto se tuvo que refugiar al norte de la localidad cuando las llamas bloquearon la autopista 63.
En los últimos días, las autoridades de la provincia de Alberta intentaban asegurar una ruta de escape hacia el sur para los 25.000 desplazados que habían buscado refugio en los campamentos para los trabajadores de las explotaciones petrolíferas del norte de Fort McMurray.
Ante la escasez de suministros y la precariedad de los alojamientos, las autoridades han decidido empezar a trasladar a los desplazados a través de Fort McMurray, una ciudad fantasma en la que sólo permanecen unos 200 bomberos que intentan evitar que las llamas destruyan instalaciones vitales para la ciudad.
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