De Vido defendió haber gastado en un equipo de efectos especiales: “Estamos orgullosos”

Cuando estaba en Planificación, se gastaron 94 millones por un sistema con 72 cámaras que está en la Universidad de San Martín, que no funciona.



El ex ministro de Planificación kirchnerista, el diputado Julio De Vido, defendió hoy la millonaria compra de una máquina para hacer efectos especiales en cine que quedó, a raíz de una auditoria del Gobierno actual, bajo sospecha: costó 94 millones de pesos, la tiene la Universidad de San Martín y nadie sabe cómo usarla. “Estamos orgullosos de haber equipado con tecnología de punta el laboratorio audiovisual de la UNSAM”, aseguró.

A través de Twitter, De Vido se defendió en una catarata de mensajes, algo que es ya casi un hábito para él. “Contar con la mejor tecnología permite capacitar profesionales para darle impulso a toda la industria audiovisual. Es lo mismo que hicimos en el caso de la industria satelital y el proyecto Arsat, cuyos resultados están a la vista”, expresó.

“Además formó parte de una política global de creación, equipamiento y desarrollo de Universidades Nacionales. En este caso el Programa de Investigación Aplicada a los Contenidos Audiovisuales de la UNSAM. La definición de la tecnología fue realizada x INVAP. Todo el personal estaba capacitado pero el recorte de fondos actual cortó el programa”, agregó y manifestó que “todos los equipos quedaron instalados y funcionando”.

Según un informe del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, que maneja Hernán Lombardi, el Ministerio de Planificación gastó $ 349.676.538 en el Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Tecnologías y Contenidos Audiovisuales Digitales, de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), tal como reveló Clarín el domingo.

Ese millonario monto se divide así: $ 117 millones fueron a una “obra civil”, $ 227,3 millones a equipamiento y $ 5,4 millones a otros rubros.

Entre esos equipos, se encuentra la polémica máquina de hacer efectos especiales, un equipo de Captura de Movimiento de 72 cámaras, que costaba $ 107,7 millones, de los cuales el gobierno K pagó $ 94 millones, siempre de acuerdo al informe de la cartera de Lombadi. Otro detalle: los equipos, terminaron siendo usados por un empresario K.

De Vido no se refirió a la denuncia presentada por el abogado Ricardo Monner Sans por presuntas irregularidades en la compra de los equipos de cine, que están a la altura de algunas de las mejores empresas de Hollywood.

Tampoco a las falencias detectadas en la auditoria oficial, entre las que se encuentran presunto sobreprecio en algunos rubros del presupuesto; giro de transferencias de Planificación a la UNSAM, “sin haber cumplido con el porcentaje de rendición estipulado que lo habilitara a un nuevo giro de fondos”; y la “carencia de un adecuado cumplimiento de control administrativo”.

Sí apuntó contra el Grupo Clarín. “Lo que molesta es que el equipo de efectos especiales más moderno esté en una universidad del conurbano y no en poder del Grupo Clarín”, lanzó.

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