El día en que Cristina Kirchner anunció a Boudou como su vicepresidente: "A seguro se lo llevaron preso"



"Mi abuelo siempre decía, ´A Seguro se lo llevaron preso´", relataba hacia mediados de 2011 la por entonces presidenta Cristina Kirchner, cuando durante un acto reafirmaba lo "segura" que estaba de designar a Amado Boudou como su compañero de fórmula con vistas a las elecciones generales de aquel año.

Cristina eligió a Boudou como candidato a vicepresidente, cargo que ejerció durante cuatro años el ex director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) en medio de acusaciones por presunto mal desempeño de sus funciones y o bien, actos de corrupción.



Referentes kirchneristas defendieron hasta donde pudieron al ex militante de la Unión del Centro Democrático (UCEDE), al plantear que un sector del establishment no le perdonaba haber desarticulado el fabuloso negocio de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJPs), hace 10 años ya, y pretendía "cobrarle" aquella estatización en estrados judiciales.

Lo cierto es que a medida que avanzaba en la Justicia la investigación por la compraventa de la imprenta Ciccone Calcográfica a Boudou le fueron soltando la mano en el kirchnerismo y este martes, en una jornada tristemente célebre para la historia de la Argentina, cuando por primera vez un ex vicepresidente era sentenciado a prisión, absolutamente nadie se agrupó frente a los tribunales de Comodoro Py para brindarle su respaldar.



No hubo cánticos, ni banderas de apoyo, ni clamor militante: "a Seguro se lo llevaron preso" después de que un tribunal federal lo encontrara culpable de corrupción y lo sentenciara a cinco años y 10 meses de cárcel.

Sin haber sido un hombre del riñón del kirchnerismo, como el ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido por ejemplo -quien también está preso por supuestos actos de corrupción-, Boudou, de 55 años, consiguió marcar una época en el gobierno anterior, a su manera: con su desfachatez, su frivolidad, sus motos de alta gama, su novia pelirroja y su banda de rock.

Fue un símbolo del proceso de decadencia en el que cayó el kirchnerismo después de que Cristina ganara su reelección con el 54,11 por ciento de los votos en 2011, acompañada en la fórmula por Boudou -de quien ella estaba "segura", aunque quizá no tanto cuando recordaba las palabras de su abuelo-.

Pasó Boudou por la gestión pública nacional y dejó su huella, su mácula.

La sentencia que lo condenó a prisión, además de constituirse en un hecho sin precedentes en la Argentina, debería significar un severo llamado de atención para quienes se permitieron, como funcionarios públicos, "deslices" parecidos a los que enviaron al ex vicepresidente directo a la cárcel.

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