A seis años de la muerte de Nisman, el fiscal del atentado a la AMIA que denunció a Cristina Kirchner

El caso que en 2015 conmovió al país sigue envuelto en el misterio. La Justicia lo investiga como un homicidio, pero aún no está claro quién lo mató ni por qué, en una escena del crimen plagada de irregularidades.


A seis años de la muerte de Nisman, el fiscal del atentado a la AMIA que denunció a Cristina Kirchner



Durante la noche del 18 de enero de 2015 una noticia conmoción a la Argentina: Alberto Nisman, el mediático fiscal a cargo de la causa AMIA, había aparecido muerto con un disparo en la cabeza en el pequeño baño del departamento del piso trece de las Torres Le Parc, en Puerto Madero, donde residía.


Desde entonces surgió una nueva grieta: aquellos que creían que se había suicidado y los que aseguraban que se trataba de un homicidio. Fue tal el impacto de la noticia que muchos creen que hasta afectó el resultado de las elecciones presidenciales que ese mismo año se celebraron en octubre y consagraron a Mauricio Macri como nuevo Presidente electo de la Argentina.


Seis años más tarde, la causa, en manos del fiscal federal Eduardo Taiano, continúa abierta. Aunque en las fojas judiciales existe una certeza: que el titular de la UFI AMIA fue asesinado.


Cómo sigue la causa

Viviana Fein fue la fiscal que estaba de guardia y a la que le tocó hacerse cargo del caso. En su primera declaración pública, dijo: “Lamentablemente ha fallecido el doctor Nisman”, anunció tras las rejas del complejo de Puerto Madero.





Inoperante”, fue el insulto más leve que recibió la integrante del Ministerio Público Fiscal que estaba a punto de jubilarse cuando el teléfono sonó con las novedades que trastocaron sus planes y la pusieron en el candelero justo al final de su carrera de 40 años. El asunto se había vuelto personal. Su principal crítica fue, desde el inicio, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado. La primera conducta que le reprochó la ex de Nisman a la fiscal fue el hecho de que no la esperó para la autopsia.


La representante del Ministerio Público no quería dejar la causa hasta terminarla. Sin embargo, en marzo de 2016, Arroyo Salgado logró arrebatar el caso del fuero ordinario y llevarlo al federal, donde la principal hipótesis se convertiría en el homicidio, figura que fijó Julián Ercolini y que confirmó la Cámara Federal en 2018.


Según publicó el sitio de noticias TN.com.ar, Fein mantiene la misma línea de celular y tras atenderlos, declara: “Estoy muy bien. No puedo hablar” y admite que no quiere saber más nada con el caso Nisman. Disfruta de su familia y, ya jubilada, sigue aferrada a una idea: “En algún momento, la verdad se va a saber”.


Arroyo Salgado, por su parte, continúa al frente del Juzgado Federal N°2 de San Isidro. Representó a sus hijas en el expediente hasta que se retiró de la querella en diciembre de 2018. Cuando participó del programa de televisión Almorzado con Mirtha Legrand en octubre pasado, había explicado: “Para mí era un desgaste emocional muy fuerte. Yo lo hablé con mis hijas y tomé esa decisión. La tomé yo”.





Sara Garfunkel, la madre del fiscal, fue quien encontró a su hijo sin vida y dio aviso a la policía. Tal como publicó TN.com.ar, desde su entorno dicen que la mujer continúa con su vida habitual pero con el inmenso dolor de la pérdida. Su abogado, el exfiscal Pablo Lanusse respondió a las más de 50 nulidades que presentó la defensa de Diego Lagomarsino, procesado como partícipe necesario del homicidio.





Sara sigue con el mismo interés por la verdad y en búsqueda de justicia. Mantiene su rol de querellante y está muy comprometida. Tiene buena relación con sus nietas, que también quieren saber qué le pasó a su papá”, detallaron allegados.


Los nombres de Garfunkel y el técnico informático aparecen juntos en otro expediente en Comodoro Py. Ambos comparten la titularidad de una cuenta, junto a Sandra Nisman, hermana del fiscal, en el exMerril Lynch de New York. Los tres están siendo investigados por lavado de activos y fueron embargados preventivamente.


La nueva vida de Diego Lagomarsino

El hombre que entregó el arma calibre 22 que apareció a un lado del cuerpo de Nisman fue procesado como partícipe necesario de un homicidio, en diciembre de 2017, luego de que Ercolini evaluara una pericia que entregó Gendarmería, basada en los resultados de una reconstrucción de la escena en el baño.


Lagomarsino ya no vive en Martínez, se mudó a Punta Chica, entre Victoria y Beccar, en San Fernando. Tuvo coronavirus aunque ya está recuperado. Sin la tobillera electrónica que lo acompañó desde 2017, visitó un shopping por primera vez en seis años en noviembre pasado. El dispositivo le generaba mucho malestar al técnico. “Me daba vergüenza tenerla: tener que llevarla siendo inocente, te quema la cabeza. No salía en pantalón corto y no quería que la vieran mis hijos. Ellos son mi tobillera más grande. No los abandono ni en pedo”, dijo a TN.com.ar.


Lagomarsino que sigue trabajando de forma privada como técnico informático con clientes previos a la muerte de Nisman. Ahora también es perito oficial para la Justicia. Tiene custodia las 24 horas.


El exasistente del titular de la UFI-AMIA continúa en contacto con Carlos “Moro” Martínez, el espía que le enseñó a disparar y que le presentó a Nisman.


Alberto se pegó un corchazo. Yo tengo la conciencia tranquila: no me arrepiento de haberle dado el arma porque los argumentos que me dio era recontra válidos. Él me mintió. Las discusiones que tengo con él en mi mente son muy fuertes. No pensó en sus hijas ni en su madre, que las adoraba. ¿Cómo llegó a esa situación? Me lo pregunto todas las noches. Algo tuvo que haber pasado, ¿Qué valía más que tu amor a tus hijos?”.


El informático tiene una obsesión: demostrar que los peritos de Gendarmería están equivocados. Tras el informe de la fuerza de seguridad, la calificación para los custodios del fiscal también cambió. Pasaron a ser encubridores del supuesto crimen. Según dijeron fuentes cercanas a uno de ellos, Rubén Benitez, está retirado de la Policía Federal y trabaja con su hermano, dedicado al oficio de techista.


La oficina de Alberto Nisman

La Unidad Fiscal para la Investigación de la Causa AMIA trascendió a la existencia de Nisman. La UFI-AMIA sigue ahí: en el séptimo piso de Hipólito Yrigoyen 460. En uno de los escritorios hay un pequeño portarretratos del fiscal muerto.


Varios fiscales tomaron la posta de Nisman desde que el cargo quedó bacante. En la actualidad, Sebastián Basso, Santiago Eyherabide y Roberto Salum conforman el equipo de trabajo que intenta develar la historia del atentado ocurrido en 1994.


Soledad Castro era la secretaria letrada de Nisman y fue una de las últimas personas que lo vieron con vida. Tras la muerte del fiscal, Castro, especialista en Derecho Penal y terrorismo, recibió un ascenso y fue nombrada -en 2016- en la vocalía de Horacio Rosatti, ministro de la Corte Suprema. En la actualidad sigue trabajando en esa dependencia.



El perito que se suicidó


Osvaldo Raffo, miembro del equipo de peritos contratado por Arroyo Salgado, fue encontrado muerto en marzo de 2019 a los 88 años. Junto a él estaba un arma calibre .38, con la que se habría quitado la vida y una nota, en donde decía “no soporto más los dolores que me aquejan”.


El caso Nisman fue el último de su respetada carrera. Su última aparición pública fue en marzo de 2015, en San Isidro. Estuvo sentado en la mesa frente a la prensa, cuando la jueza Arroyo Salgado presentó el informe de la querella que, por primera vez, hablaba de un homicidio. El documento que presentaron a Viviana Fein contenía la investigación de Raffo junto al médico Julio Ravioli, el criminalista Daniel Salcedo y el informático Gustavo Presman.


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