La denuncia que pudo evitar el crimen del country: "Me agarró y me puso la rodilla en la cara"

Claudia Schaefer, la mujer asesinada a cuchillazos por Fernando Farré, había alertado sobre un hecho de violencia el 3 de agosto


Desde que Fernando Farré cometió el brutal crimen de su esposa en el country Martindale, se habló de hechos de violencia de género de larga data en ese matrimonio, de denuncias y hasta una orden de restricción para el acusado. Ayer, se dio a conocer la denuncia completa que el 3 de agosto hizo la víctima Claudia Schaefer en la Oficina de Violencia de la Corte Suprema de Justicia tras un violento episodio que la alertó y atemorizó la noche anterior.

En la denuncia, Claudia relató con detalles lo que sucedió la noche del 2 de agosto: "Fue en mi casa, terminábamos de cenar, yo jugaba con los chicos en la Play. Fernando había estado buscando durante el día motivos de discusión. Se puso a hablar con los chicos, les dijo 'les voy a contar cómo compramos esta casa. (...) esta casa la compramos con mi trabajo y dinero de mi familia. Ahora su mamá se quiere separar y romper la familia'. Le pedí que no involucrara a los chicos".

La mujer contó que la violencia se desató cuando ella lo amenazó con grabar la conversación: "Cuando vio el teléfono, se me vino encima para sacármelo, me agarró del pelo y me tiró sobre un sillón. Me puso una rodilla en la cara para que me quedara quieta. No me podía mover. Gritaba pidiendo ayuda. Los chicos estaban ahí".

Y prosiguió: "Cuando me levanto veo a los chicos llorando, a uno tironeando de él para que me suelte, a otro llorando y a otro gritando. Quise abrazarlo a Fernando para que se calmara y dejara de gritar y ponerse loco. Se calmó y se sentó, soltó el teléfono. Después fue a buscar a uno de los nenes que se escondió en un placard. No quiso salir hasta que me vio a mí. Estaban todos angustiados y con miedo".

El relato de la mujer en la denuncia dejó al descubierto el miedo que ya ella y los nenes sentían por sus abruptos cambios de personalidad y comportamientos compulsivos. "Él se estresaba y se ponía agresivo en varias situaciones". Y agregó que se frustraba y ponía "nervioso y violento" porque no sabía cómo tratar a su hijo autista. "Lo que suele hacer es hablar, denigrar, basurear, menospreciar. Esto fue escalando a lo largo del tiempo y habrá empezado hace diez años", especificó. "Los chicos estaban todos angustiados y con miedo", lamentó Schaefer, quien en ese momento alegó que no lo había denunciado antes porque pensó que las cosas iban a cambiar y que Farré aceptaría la separación.

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