Insiste con que la gente “no quiere un cambio ni tirar el esfuerzo por la borda”. No habla de Boudou, pero defiende la gestión de los medios públicos. Y celebra “el respaldo con el que termina la Presidenta”.
“¿Vieron que vine?”. Pocos metros después de ingresar a Clarín, Daniel Scioli rompe el hielo y juega con lo que –sabe– generará su visita a la redacción del diario para tomar un café y charlar con periodistas como precandidato a presidente del Frente para la Victoria. Avanza firme, aunque frena para saludar a quienes se le acercan. En la sala de reuniones de la sección El País, se sienta en la cabecera, se queja de la temperatura (“Hace mucho calor”) y deja sobre la mesa una pastafrola de batata, una de sus debilidades gastronómicas. “Córtenla porque yo también quiero comer”, apura. Y no bromea: en cuanto tiene margen, prueba el primer bocado.
Acompañado por sus secretarios y su vocero, que saca de un bolso un mate naranja, con la leyenda “Scioli 2015”, se muestra confiado de cara a las PASO. “Mi satisfacción es que estoy cosechando lo que sembré”, señala, sin dar números, algo que será una constante a lo largo de la charla. Eso sí, con una reflexión da a entender que se ve arriba en las encuestas: “Trabajo con un alto sentido de la responsabilidad, como si estuviera abajo”.
Enseguida, sin que se le consulte, se sumerge en el camino que le interesa: el de las contradicciones de la oposición. Y pregunta: “¿En quién va a confiar la gente?”. Y se contesta: “En alguien que le dé confianza, certidumbre y tranquilidad. La gente no quiere un cambio y volver a empezar, ni a tirar el esfuerzo por la borda. Esto es claro, incluso por el propio mensaje opositor, que ahora dice que se va a sostener todo con otra impronta y políticas. ¡Y el original soy yo!”, afirma, en un mensaje que tiene como destinatario a Mauricio Macri y su viraje respecto a la AUH, YPF y Aerolíneas Argentinas.
El funcionamiento del INDEC parece no desvelarlo. “Ha tenido un avance en el que hasta los técnicos del Fondo (Monetario Internacional) participaron”, defiende. Agrega que “lo importante es que la cuestión de fondo que es la inflación gradualmente se está desacelerando” y se queja porque “se quiere instalar un escenario apocalíptico” en el tema económico. “Y yo digo que no vamos a ir a votar ningún escenario de crisis, sino en un país creciendo, con una herencia positiva”, considera. Al mismo tiempo, descarta hacer un ajuste y promete “estabilidad cambiaria”.
Cuando se le consulta por las contradicciones del peronismo, cuyos dirigentes supieron votar a favor de las privatizaciones y luego también las estatizaciones; Scioli lo atribuye a otra etapa de la Argentina (“Eso fue en los 90”, perdiendo de vista su apoyo al ex presidente Carlos Menem) y destaca que el PJ ahora “ha encontrado con la Presidenta sus bases fundacionales”. Ahí aprovecha para hacerle un guiño a otras fuerzas: “Convoco a radicales y socialistas, que no se sienten identificados por la propuesta conservadora”, dispara en alusión al frente Cambiemos.
“¿Vieron que vine?”. Pocos metros después de ingresar a Clarín, Daniel Scioli rompe el hielo y juega con lo que –sabe– generará su visita a la redacción del diario para tomar un café y charlar con periodistas como precandidato a presidente del Frente para la Victoria. Avanza firme, aunque frena para saludar a quienes se le acercan. En la sala de reuniones de la sección El País, se sienta en la cabecera, se queja de la temperatura (“Hace mucho calor”) y deja sobre la mesa una pastafrola de batata, una de sus debilidades gastronómicas. “Córtenla porque yo también quiero comer”, apura. Y no bromea: en cuanto tiene margen, prueba el primer bocado.
Acompañado por sus secretarios y su vocero, que saca de un bolso un mate naranja, con la leyenda “Scioli 2015”, se muestra confiado de cara a las PASO. “Mi satisfacción es que estoy cosechando lo que sembré”, señala, sin dar números, algo que será una constante a lo largo de la charla. Eso sí, con una reflexión da a entender que se ve arriba en las encuestas: “Trabajo con un alto sentido de la responsabilidad, como si estuviera abajo”.
Enseguida, sin que se le consulte, se sumerge en el camino que le interesa: el de las contradicciones de la oposición. Y pregunta: “¿En quién va a confiar la gente?”. Y se contesta: “En alguien que le dé confianza, certidumbre y tranquilidad. La gente no quiere un cambio y volver a empezar, ni a tirar el esfuerzo por la borda. Esto es claro, incluso por el propio mensaje opositor, que ahora dice que se va a sostener todo con otra impronta y políticas. ¡Y el original soy yo!”, afirma, en un mensaje que tiene como destinatario a Mauricio Macri y su viraje respecto a la AUH, YPF y Aerolíneas Argentinas.
El funcionamiento del INDEC parece no desvelarlo. “Ha tenido un avance en el que hasta los técnicos del Fondo (Monetario Internacional) participaron”, defiende. Agrega que “lo importante es que la cuestión de fondo que es la inflación gradualmente se está desacelerando” y se queja porque “se quiere instalar un escenario apocalíptico” en el tema económico. “Y yo digo que no vamos a ir a votar ningún escenario de crisis, sino en un país creciendo, con una herencia positiva”, considera. Al mismo tiempo, descarta hacer un ajuste y promete “estabilidad cambiaria”.
Cuando se le consulta por las contradicciones del peronismo, cuyos dirigentes supieron votar a favor de las privatizaciones y luego también las estatizaciones; Scioli lo atribuye a otra etapa de la Argentina (“Eso fue en los 90”, perdiendo de vista su apoyo al ex presidente Carlos Menem) y destaca que el PJ ahora “ha encontrado con la Presidenta sus bases fundacionales”. Ahí aprovecha para hacerle un guiño a otras fuerzas: “Convoco a radicales y socialistas, que no se sienten identificados por la propuesta conservadora”, dispara en alusión al frente Cambiemos.
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