Julián Castro es el dirigente latino más importante del Partido Demócrata y cada vez suena con más fuerza para acompañar a Hillary.

Arrancan las primarias en Estados Unidos de cara a las elecciones que tendrán lugar en el último tramo de este 2016 y que definirán quién será el sucesor de Barack Obama al frente del gobierno.
Los candidatos están codo a codo. Por el Partido Republicano sorprende el apoyo de las últimas semanas al magnate y controvertido Donald Trump, quien ya cuenta con una intención de voto superior al 40 por ciento pese a sus polémicos comentarios en apoyo al presidente de Rusia, por ejemplo, y en contra de los mexicanos.
Por el lado demócrata, la delantera parece estar del lado de Hillary Clinton , quien tras perder en 2008 las primarias ante Barack Obama, busca que este año la suerte esté de su lado y la convierta en la primera presidenta mujer de Estados Unidos.
Quien podría estar a su lado en la fórmula que cuando cierre el año buscará quedarse con la Casa Blanca aún es un misterio pero los entendidos apuestan por Julián Castro, el principal dirigente latino del Partido Demócrata y uno de los mayores aliados de Hillary.
Nieto de una mexicana, Castro tiene 41 años, fue alcalde de San Antonio -la séptima ciudad del país- entre 2009 y 2014, momento en el que el presidente Barack Obama lo nombró secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, y se convirtió en el miembro más joven del gobierno estadounidense.
Se había hecho popular en 2012 al ser el primer latino que abría una Convención Nacional Demócrata, así lo había hecho el propio presidente ocho años atrás, lo que le valió al entonces alcalde el apelativo del "Obama latino".
Uno de los atractivos de incluir a Castro en la fórmula, quizás el mayor, sería el de captar el voto latino para los demócratas, especialmente en unos comicios para los que el Partido Republicano tiene aspirantes hispanos como Ted Cruz o Marcos Rubio listos para obtener la nominación si no lo hace Donald Trump .
Además, con su juventud complementaría a una Hillary Clinton que, con 68 años, muchos creen que llega tarde al reto.
"Lo que se escucha en Washington, incluso de personas que trabajan en la campaña de Hillary Clinton, es que el primero en la lista es Julián Castro. No tienen una segunda opción porque él es el candidato idóneo teniendo en cuenta su currículum, personalidad, conducta y origen hispano", dijo hace unas semanas a Univisión Henry Cisneros, uno de sus mentores.
Junto a Castro, en las quinielas para suceder a Joe Biden si Clinton llega a la Casa Blanca están la senadora Elizabeth Warren o Martin O'Malley, gobernador de Maryland y tercero en discordia en las encuestas demócratas por detrás de la ex primera dama y del senador por Vermont Bernie Sanders.
En la campaña de Sanders, precisamente, que se disputa la nominación demócrata con Clinton, la posible candidatura de Castro "no preocupa para nada", o por lo menos así lo afirma contundente su portavoz para medios hispanos, Erika Andiola, que considera al exalcalde de San Antonio como parte del "establishment" demócrata.
"Hay muchísimos políticos y sindicatos que trabajan desde hace tiempo en el sistema y que están apoyado a Clinton. Eso no la está ayudando necesariamente", explicó Andiola, al afirmar que la comunidad latina no votará a Clinton por el simple hecho de llevar a Castro como fórmula vicepresidencial.
Lo cierto es que para Clinton, el apoyo de los Castro -Julián y su hermano gemelo Joaquín, congresista por Texas- es importante y así lo demostró cuando en octubre viajó a San Antonio para hacer oficial esa alianza ya aireada a los cuatro vientos, lo que los estadounidenses llaman "endorsement".

Arrancan las primarias en Estados Unidos de cara a las elecciones que tendrán lugar en el último tramo de este 2016 y que definirán quién será el sucesor de Barack Obama al frente del gobierno.
Los candidatos están codo a codo. Por el Partido Republicano sorprende el apoyo de las últimas semanas al magnate y controvertido Donald Trump, quien ya cuenta con una intención de voto superior al 40 por ciento pese a sus polémicos comentarios en apoyo al presidente de Rusia, por ejemplo, y en contra de los mexicanos.
Por el lado demócrata, la delantera parece estar del lado de Hillary Clinton , quien tras perder en 2008 las primarias ante Barack Obama, busca que este año la suerte esté de su lado y la convierta en la primera presidenta mujer de Estados Unidos.
Quien podría estar a su lado en la fórmula que cuando cierre el año buscará quedarse con la Casa Blanca aún es un misterio pero los entendidos apuestan por Julián Castro, el principal dirigente latino del Partido Demócrata y uno de los mayores aliados de Hillary.
Nieto de una mexicana, Castro tiene 41 años, fue alcalde de San Antonio -la séptima ciudad del país- entre 2009 y 2014, momento en el que el presidente Barack Obama lo nombró secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, y se convirtió en el miembro más joven del gobierno estadounidense.
Se había hecho popular en 2012 al ser el primer latino que abría una Convención Nacional Demócrata, así lo había hecho el propio presidente ocho años atrás, lo que le valió al entonces alcalde el apelativo del "Obama latino".
Uno de los atractivos de incluir a Castro en la fórmula, quizás el mayor, sería el de captar el voto latino para los demócratas, especialmente en unos comicios para los que el Partido Republicano tiene aspirantes hispanos como Ted Cruz o Marcos Rubio listos para obtener la nominación si no lo hace Donald Trump .
Además, con su juventud complementaría a una Hillary Clinton que, con 68 años, muchos creen que llega tarde al reto.
"Lo que se escucha en Washington, incluso de personas que trabajan en la campaña de Hillary Clinton, es que el primero en la lista es Julián Castro. No tienen una segunda opción porque él es el candidato idóneo teniendo en cuenta su currículum, personalidad, conducta y origen hispano", dijo hace unas semanas a Univisión Henry Cisneros, uno de sus mentores.
Junto a Castro, en las quinielas para suceder a Joe Biden si Clinton llega a la Casa Blanca están la senadora Elizabeth Warren o Martin O'Malley, gobernador de Maryland y tercero en discordia en las encuestas demócratas por detrás de la ex primera dama y del senador por Vermont Bernie Sanders.
En la campaña de Sanders, precisamente, que se disputa la nominación demócrata con Clinton, la posible candidatura de Castro "no preocupa para nada", o por lo menos así lo afirma contundente su portavoz para medios hispanos, Erika Andiola, que considera al exalcalde de San Antonio como parte del "establishment" demócrata.
"Hay muchísimos políticos y sindicatos que trabajan desde hace tiempo en el sistema y que están apoyado a Clinton. Eso no la está ayudando necesariamente", explicó Andiola, al afirmar que la comunidad latina no votará a Clinton por el simple hecho de llevar a Castro como fórmula vicepresidencial.
Lo cierto es que para Clinton, el apoyo de los Castro -Julián y su hermano gemelo Joaquín, congresista por Texas- es importante y así lo demostró cuando en octubre viajó a San Antonio para hacer oficial esa alianza ya aireada a los cuatro vientos, lo que los estadounidenses llaman "endorsement".
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