La historia de Liniers, el club de la D con la cancha torcida

El club busca dinero para arreglarla. Se necesitan unos $ 150.000 para corregir los problemas de medida en las áreas.



Tras conocerse que había jugado durante 30 años en su cancha torcida, los directivos de Liniers, el club de fútbol de la Primera D que se hizo famoso por el insólito detalle, se vieron obligados a salir a juntar fondos con el fin de arreglar el problema.

La dirigencia por estos días comenzó las tareas para encuadrar la cancha, ya que desde su creación, en 1987, se encuentra en falsa escuadra.



Así, por ejemplo, una de las áreas mide 37 metros, mientras que la que está enfrente tiene casi 40. “Este no es un problema nuevo. Sabíamos que esta diferencia existía, pero por una cuestión de costos la reforma al campo de juego la fuimos postergando. Ahora, no sabemos por qué con tanto apuro, desde la AFA nos informan de esta medida para hacer los arreglos ya mismo. Por suerte conseguimos una prórroga y hasta el 15 de diciembre tenemos tiempo para terminar la obra”, dice Marcelo Gómez, presidente del club del Oeste.

La buena noticia es que la "Topadora", como se lo conoce al equipo, podrá seguir jugando de local, al menos hasta las últimas fechas del torneo, cuando habrá que rellenar y emparejar la zona de los arcos. Por el momento los obreros se encuentran rellenando el terreno del lado de afuera. “Una vez que está todo terminado, quedará una cancha de 96 metros de largo por 64 de ancho”, dice Gómez.

La mala noticia es que para completar las obras se necesitan entre $ 120 mil y $ 150 mil. Una cifra muy difícil de juntar para un club de la Primera D, con muy pocos ingresos y jugadores amateurs. “El tema económico es un problema importante. Venimos tratando de que nos ayuden los sponsors y también vamos a hacer festivales y rifas para recaudar fondos. Estamos buscando, por ejemplo, a alguna banda amiga para que de un recital ...”, asegura Gómez.

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