El ex ministro de Planificación Federal kirchnerista salió a defenderse por Twitter.
Tras la nota publicada por el diario La Nacion, en la cual se asegura que el entorno directo del ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido acordó una coima por 25 millones de dólares a cambio de destrabar el acceso de la constructora brasileña Odebrecht para la extensión de las redes troncales de gas en el país, el actual diputado salió a defenderse por Twitter .
En una catarata de mensajes publicados en la red social, catorce en total, el ex ministro kirchnerista habló de una "nueva embestida brutal política y mediática sin precedentes del gobierno y sus medios aliados".
Al referirse al artículo publicado por este diario, que lo señala a él y a sus colaboradores más cercanos, como Roberto Baratta, como partícipes de corrupción en la trama de la constructora brasileña, De Vido dice que se trata de "inventos infames" y asegura: "Desmiento en forma rotunda la nota y rechazo en forma categórica haber acordado 'pago' alguno con Odebrecht como falazmente se afirma".
"Mencionan personas y personajes con los que jamás intercambié palabras y directivos con los que NUNCA me reuní a solas", advierte y agrega: "Les reclamaba que cumplan con los pliegos de licitación en cuanto al financiamiento de obras y les negaba todo lo luego Macri les concedió".
Sobre Carlos Wagner, sospechado de ser uno de los intermediarios de las negociaciones entre la firma de Brasil y el kirchnerismo, De Vido indica: "Nunca mantuve una reunión con Wagner por temas ajenos a su rol como presidente de la Cámara Argentina de la Construcción".
"Es una burda operación del diario La Nación", asevera De Vido. "Jamás hablé con Mandolesi ni le di orden o sugerencia alguna. Tampoco di al respecto directiva alguna a mis funcionarios más cercanos", dice respecto del ex director de Nación Fideicomisos.
El diputado aprovechó para golpear al gobierno actual: "Es una operación del gobierno que presiona a jueces, denunciado por ellos mismos, como Canicoba y Freiler, y del oligopolio mediático".
Tras la nota publicada por el diario La Nacion, en la cual se asegura que el entorno directo del ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido acordó una coima por 25 millones de dólares a cambio de destrabar el acceso de la constructora brasileña Odebrecht para la extensión de las redes troncales de gas en el país, el actual diputado salió a defenderse por Twitter .
Desmiento en forma rotunda la nota y rechazo en forma categórica haber acordado “pago” alguno con Odebrecht como falazmente se afirma.
— Julio De Vido (@JulioDeVido) 18 de junio de 2017
En una catarata de mensajes publicados en la red social, catorce en total, el ex ministro kirchnerista habló de una "nueva embestida brutal política y mediática sin precedentes del gobierno y sus medios aliados".
Al referirse al artículo publicado por este diario, que lo señala a él y a sus colaboradores más cercanos, como Roberto Baratta, como partícipes de corrupción en la trama de la constructora brasileña, De Vido dice que se trata de "inventos infames" y asegura: "Desmiento en forma rotunda la nota y rechazo en forma categórica haber acordado 'pago' alguno con Odebrecht como falazmente se afirma".
"Mencionan personas y personajes con los que jamás intercambié palabras y directivos con los que NUNCA me reuní a solas", advierte y agrega: "Les reclamaba que cumplan con los pliegos de licitación en cuanto al financiamiento de obras y les negaba todo lo luego Macri les concedió".
Sobre Carlos Wagner, sospechado de ser uno de los intermediarios de las negociaciones entre la firma de Brasil y el kirchnerismo, De Vido indica: "Nunca mantuve una reunión con Wagner por temas ajenos a su rol como presidente de la Cámara Argentina de la Construcción".
"Es una burda operación del diario La Nación", asevera De Vido. "Jamás hablé con Mandolesi ni le di orden o sugerencia alguna. Tampoco di al respecto directiva alguna a mis funcionarios más cercanos", dice respecto del ex director de Nación Fideicomisos.
El diputado aprovechó para golpear al gobierno actual: "Es una operación del gobierno que presiona a jueces, denunciado por ellos mismos, como Canicoba y Freiler, y del oligopolio mediático".
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