El incidente tuvo lugar luego de que el grupo más numeroso de la barra había franqueado el último de los cuatro vallados y comenzaba a desplegar sus banderas, instante en que se produjo el enfrentamiento con las fuerzas de seguridad. La reacción policial incluyó el uso de gases lacrimógenos y balas de goma contra los hinchas que intentaban ingresar, en su gran mayoría, sin la debida entrada. Con la distribución de 20 mil entradas en el sector norte del estadio a Boca, se estima que cerca de 80 mil hinchas están en Río de Janeiro, en su mayoría sin su ticket correspondiente.
También hubo altercados, aunque de menor magnitud, en la estación de metro entre los hinchas de ambos equipos y la policía. En respuesta a estos sucesos, se ha puesto en marcha un operativo especial por parte de las autoridades de Río de Janeiro, que incluye el despliegue de 2,200 efectivos de seguridad.
El estadio comenzó a llenarse lentamente por "los primeros madrugadores que no se quieren perder la gran posibilidad de ver a su equipo ganar por primera vez el máximo título continental", según fuentes. Fluminense y Boca se enfrentarán en la final de la Copa Conmebol Libertadores esta tarde a partir de las 17 horas, con el arbitraje del colombiano Wilmar Roldán. Este encuentro tiene lugar en un ambiente cargado de emoción, a pesar de las condiciones meteorológicas, que amenazan con un posible aguacero.
De los miles de hinchas de Boca que se encuentran en la ciudad - se estima que cerca de 80.000, aunque algunos informes sugieren una cifra superior - sólo alrededor de 30.000 podrán ingresar al estadio. Cuando muchos hinchas de Boca se vieron impedidos de viajar desde el Aeropuerto de San Pablo a Río debido a una tormenta nocturna, se vieron obligados a llegar justo a la hora del partido. Algunos comenzaron a congregarse en las puertas de los hoteles y en la zona de Copacabana, con la esperanza de llegar todos juntos y evitar cualquier incidente con los hinchas del "Flu".
Finalmente, los miles de seguidores de Boca Juniors que no asistirán al Maracaná para la final no tendrán un lugar específico donde alentar a su equipo. A pesar de los incidentes, la ciudad de Río continúa en guardia, con numerosas fuerzas policiales y de seguridad privada desplegadas por toda la ciudad, ante la expectativa de lo que pueda ocurrir en el período previo al partido y su conclusión.
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