La inédita ceremonia fue celebrada por Peeper, el robot capaz de leer emociones que es un éxito de ventas. Hubo torta, baile y un beso de los novios.
El amor no conoce límites, tampoco para los corazones hechos de metal. Este fin de semana se celebró una boda de robots en Japón, posiblemente la primera unión entre dos máquinas que se conoce. El robot capaz de leer las emociones Pepper, que arrasó en su primer día a la venta en el país asiático, fue el encargado de oficiar la ceremonia.
El novio, Frois, fue creado por el colectivo artístico Maywa Danki, que también organizó el casamiento. La novia, Roborin, es obra del estudiante de arte Todo Takayuki, quien desarrolló este androide caracterizado con el rostro de Yuki Kashiwagi, una de las integrantes del grupo de música japonés AKB48, para su proyecto de fin de carrera.
Según informa el medio británico Daily Mail, la boda siguió algunos de los pasos tradicionales: la pareja se dio un beso, cortó la torta y bailó con el acompañamiento musical de una orquesta que, como no podía ser de otra forma, estaba también formada por robots. La ceremonia contó con unos 100 invitados que pagaron 10.000 yen (unos 80 dólares) para asistir al evento.
Fuente: La Vanguardia
El amor no conoce límites, tampoco para los corazones hechos de metal. Este fin de semana se celebró una boda de robots en Japón, posiblemente la primera unión entre dos máquinas que se conoce. El robot capaz de leer las emociones Pepper, que arrasó en su primer día a la venta en el país asiático, fue el encargado de oficiar la ceremonia.
El novio, Frois, fue creado por el colectivo artístico Maywa Danki, que también organizó el casamiento. La novia, Roborin, es obra del estudiante de arte Todo Takayuki, quien desarrolló este androide caracterizado con el rostro de Yuki Kashiwagi, una de las integrantes del grupo de música japonés AKB48, para su proyecto de fin de carrera.
Según informa el medio británico Daily Mail, la boda siguió algunos de los pasos tradicionales: la pareja se dio un beso, cortó la torta y bailó con el acompañamiento musical de una orquesta que, como no podía ser de otra forma, estaba también formada por robots. La ceremonia contó con unos 100 invitados que pagaron 10.000 yen (unos 80 dólares) para asistir al evento.
Fuente: La Vanguardia
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