Manchester venció 3-0 a los de Mourinho, defensores del título de la Premier. El "Kun" hizo el primer gol, jugó en gran forma y se retiró en el ST bajo una gran ovación. Kompany y Fernandinho, los otros tantos
Había sido una dura semana para José Mourinho, al que le han llovido palos de todo tipo tras su enfrentamiento con Eva Carneiro y después de tomar la decisión de dejar fuera del banquillo del Etihad a la popular doctora del Chelsea. Todas ellas críticas ajenas a lo futbolístico, pues bien, esta semana llegarán por ello. Su equipo fue vapuleado por un Manchester City que fue infinitamente mejor (sobre todo en la primera parte). Los de Pellegrini ya mostraron su espectacular comienzo ante el WBA el pasado lunes, y hoy lo volvieron a confirmar.
Ni siquiera se había cumplido un minuto de partido cuando el City ya había sacado a la palestra sus intenciones. Agüero –que volvía al once en detrimento de Bony- se plantaba sólo ante Begovic y el suplente de Courtois salía victorioso en la batalla. Un paradón que iniciaba su exhibición y su particular batalla con el Kun. Ni en una, ni en dos, ni en tres, ni siquiera en cuatro ocasiones el argentino fue capaz de batir al portero blue. Un recital de intervenciones que desesperaba a Agüero y también a Mourinho, que veía como su equipo hacía aguas por todas partes. En especial por la banda izquierda, donde Kolarov repitió sus subidas del primer partido de Premier y destrozó a Ivanovic con sus acometidas por el hueco que liberaba un también brillante Sterling.
A falta de que se cumpliese el refrán, a la quinta fue la vencida para Agüero. El argentino recibía el balón de Touré, para posteriormente revolverse con maestría entre cuatro jugadores del Chelsea que sólo pudieron observar cómo el esférico se colaba en la portería rozando el poste. Un gol que hacía justicia a la exhibición de Pellegrini. Únicamente en un disparo de Fàbregas que se marchó desviado pudo acercarse el conjunto de Mourinho, que además vivió un final de primera parte accidentado con Cahill y Diego Costa acabaron sangrando tras sendos choques con Begovic y Fernandinho.
Había sido una dura semana para José Mourinho, al que le han llovido palos de todo tipo tras su enfrentamiento con Eva Carneiro y después de tomar la decisión de dejar fuera del banquillo del Etihad a la popular doctora del Chelsea. Todas ellas críticas ajenas a lo futbolístico, pues bien, esta semana llegarán por ello. Su equipo fue vapuleado por un Manchester City que fue infinitamente mejor (sobre todo en la primera parte). Los de Pellegrini ya mostraron su espectacular comienzo ante el WBA el pasado lunes, y hoy lo volvieron a confirmar.
Ni siquiera se había cumplido un minuto de partido cuando el City ya había sacado a la palestra sus intenciones. Agüero –que volvía al once en detrimento de Bony- se plantaba sólo ante Begovic y el suplente de Courtois salía victorioso en la batalla. Un paradón que iniciaba su exhibición y su particular batalla con el Kun. Ni en una, ni en dos, ni en tres, ni siquiera en cuatro ocasiones el argentino fue capaz de batir al portero blue. Un recital de intervenciones que desesperaba a Agüero y también a Mourinho, que veía como su equipo hacía aguas por todas partes. En especial por la banda izquierda, donde Kolarov repitió sus subidas del primer partido de Premier y destrozó a Ivanovic con sus acometidas por el hueco que liberaba un también brillante Sterling.
A falta de que se cumpliese el refrán, a la quinta fue la vencida para Agüero. El argentino recibía el balón de Touré, para posteriormente revolverse con maestría entre cuatro jugadores del Chelsea que sólo pudieron observar cómo el esférico se colaba en la portería rozando el poste. Un gol que hacía justicia a la exhibición de Pellegrini. Únicamente en un disparo de Fàbregas que se marchó desviado pudo acercarse el conjunto de Mourinho, que además vivió un final de primera parte accidentado con Cahill y Diego Costa acabaron sangrando tras sendos choques con Begovic y Fernandinho.
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