Eso le dijo Claudia Ayala a un vecino que le preguntó por el nene de un año y medio que luego apareció muerto y desmembrado en un descampado
"Estaba tan en pedo ayer que no sé si lo regalé o no". Esa fue la respuesta que Claudia Ayala (22) le dio a un vecino que le preguntó por Benjamín, el bebé de un año y medio que apareció muerto y desmembrado en un descampado de Ostende. Los vecinos están angustiados porque -según contaron- ella tomaba mucho alcohol, maltrataba y encerraba al niño para que no la molestara. No había sido una vez, sino varias las que lo descuidó y ni siquiera le dio de comer.
El titular de la fiscalía de Pinamar, Juan Pablo Calderón, indagará hoy a la acusada de "homicidio calificado por vínculo", mientras espera los resultados de la autopsia del nene y evalúa cadena perpetua para la mujer, quien despertó sospechas por las constantes contradicciones en su relato. Ni bien fue hallado el cuerpito, absolutamente deteriorado por los ataques de los animales de la zona, la mujer declaró que el padre, Leonardo Aguilera (30), lo había asfixiado porque lloraba mucho.
No obstante, no pudo explicar por qué no efectuó la denuncia policial, por qué (si su ex pareja había agredido y tirado al descampado al menor) ella no lo llevó inconsciente a un hospital y por qué el cuerpito apareció en un lugar distinto al señalado por la mujer. Al mismo tiempo, el hombre pudo demostrar con varios testigos que no había estado en Ostende durante todo el fin de semana ni que había discutido con la acusada en un auto como ella dijo.
Durante la tarde de ayer, el fiscal Calderón liberó al padre tras resolver –luego de las declaraciones de varios testigos- que el hombre pasó todo el fin de semana en la localidad bonaerense de General Guido, junto a sus tres hijos y en la casa de su madre.
De hecho, un remisero -identificado como Alberto Márquez- atestiguó que él mismo lo llevó de vuelta a Valeria del Mar el domingo, donde vive con su actual mujer y sus tres hijos, ya que su relación con la acusada había sido extramatrimonial.
Las contradicciones de Ayala complican su situación procesal, sumado a los testimonios de muchos vecinos que dicen haber visto cómo frecuentemente maltrataba al niño, al que no siempre le daba de comer y golpeaba e insultaba. Al parecer, ella misma contaba que a veces lo descuidaba por consumir bebidas alcohólicas en exceso y hasta lo encerraba.
Ayala vivía en una casa junto a sus dos hijos y su madre, quien está bajo investigación para determinar si tuvo algún grado de participación en el hecho, de acuerdo a las fuentes. El cadáver de Benjamín, el más chico, fue hallado el lunes a la mañana en un descampado de dos manzanas ubicado en la esquina de Dante y Gaona, a tres cuadras de la ruta provincial 11 y a 25 del mar, en Ostende, partido de Pinamar.
Un hombre que pasó por el predio vio el cuerpo y se comunicó con la comisaría local, por lo que policías se trasladaron hasta el lugar y constataron que se trataba de un niño fallecido, con lesiones por golpes en el rostro, la garganta y los brazos, que quedaron prácticamente desmembrados por los animales de la zona.
"Estaba tan en pedo ayer que no sé si lo regalé o no". Esa fue la respuesta que Claudia Ayala (22) le dio a un vecino que le preguntó por Benjamín, el bebé de un año y medio que apareció muerto y desmembrado en un descampado de Ostende. Los vecinos están angustiados porque -según contaron- ella tomaba mucho alcohol, maltrataba y encerraba al niño para que no la molestara. No había sido una vez, sino varias las que lo descuidó y ni siquiera le dio de comer.
El titular de la fiscalía de Pinamar, Juan Pablo Calderón, indagará hoy a la acusada de "homicidio calificado por vínculo", mientras espera los resultados de la autopsia del nene y evalúa cadena perpetua para la mujer, quien despertó sospechas por las constantes contradicciones en su relato. Ni bien fue hallado el cuerpito, absolutamente deteriorado por los ataques de los animales de la zona, la mujer declaró que el padre, Leonardo Aguilera (30), lo había asfixiado porque lloraba mucho.
No obstante, no pudo explicar por qué no efectuó la denuncia policial, por qué (si su ex pareja había agredido y tirado al descampado al menor) ella no lo llevó inconsciente a un hospital y por qué el cuerpito apareció en un lugar distinto al señalado por la mujer. Al mismo tiempo, el hombre pudo demostrar con varios testigos que no había estado en Ostende durante todo el fin de semana ni que había discutido con la acusada en un auto como ella dijo.
Durante la tarde de ayer, el fiscal Calderón liberó al padre tras resolver –luego de las declaraciones de varios testigos- que el hombre pasó todo el fin de semana en la localidad bonaerense de General Guido, junto a sus tres hijos y en la casa de su madre.
De hecho, un remisero -identificado como Alberto Márquez- atestiguó que él mismo lo llevó de vuelta a Valeria del Mar el domingo, donde vive con su actual mujer y sus tres hijos, ya que su relación con la acusada había sido extramatrimonial.
Las contradicciones de Ayala complican su situación procesal, sumado a los testimonios de muchos vecinos que dicen haber visto cómo frecuentemente maltrataba al niño, al que no siempre le daba de comer y golpeaba e insultaba. Al parecer, ella misma contaba que a veces lo descuidaba por consumir bebidas alcohólicas en exceso y hasta lo encerraba.
Ayala vivía en una casa junto a sus dos hijos y su madre, quien está bajo investigación para determinar si tuvo algún grado de participación en el hecho, de acuerdo a las fuentes. El cadáver de Benjamín, el más chico, fue hallado el lunes a la mañana en un descampado de dos manzanas ubicado en la esquina de Dante y Gaona, a tres cuadras de la ruta provincial 11 y a 25 del mar, en Ostende, partido de Pinamar.
Un hombre que pasó por el predio vio el cuerpo y se comunicó con la comisaría local, por lo que policías se trasladaron hasta el lugar y constataron que se trataba de un niño fallecido, con lesiones por golpes en el rostro, la garganta y los brazos, que quedaron prácticamente desmembrados por los animales de la zona.
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