Adrián Napolitano, el hincha que causó un escándalo y la suspensión del último Superclásico por Copa Libertadores, contó cómo son sus días después de aquella noche y se ilusionó con algún día volver a la cancha: "Sé que me van a perdonar".

Adrián Napolitano es más conocido como el Panadero. Fue el hombre que el 14 de mayo de 2015 escribió la página más negra de la historia reciente de los Superclásicos. Con el famoso gas pimienta, agredió a jugadores de River y provocó un verdadero escándalo que terminó en suspensión del encuentro y eliminación de Boca. Hoy, ocho meses después, reapareció en escena en una entrevista con Gustavo Grabia, de Olé, y narró cómo son sus días después del episodio que le cambió la vida.
Los días de Napolitano no cambiaron tanto. Sigue al frente de sus panaderías y camina sin problemas por las calles del barrio. Sin embargo, es consciente de que aquella noche marcó un antes y un después: "Estoy arrepentido, pero no puedo hacer nada para volver atrás. Sé que le hice un daño grande a Boca, y más allá de lo que diga la Justicia, yo ya estoy pagando porque me arruiné la vida".
Varios meses después de aquella noche, el Panadero afirma que ya puede caminar tranquilo y sin recibir insultos: "Puedo ir a un cine, a un bar, y no pasa nada. Ustedes me trataron como a un delincuente, pero creo que hoy muchos hinchas se ponen en mi lugar y ven a un tipo que por una pasión desmedida hacia Boca tiró todo por la borda en un minuto. Los primeros meses fueron duros. Me tuve que ir a vivir afuera, mi hija a veces venía llorando del colegio por lo que le decían los compañeros".
También dice que cada vez que Boca juega de local la pasa mal, ya que debe mirarlo por televisión: "Llega el domingo y me quiero morir, porque todos mis amigos van a la cancha y yo tengo que verlo por tele. Al principio no podía, ponía la tele de fondo y relojeaba un poco mientras jugaba con mi hija".
A pesar de todo, el Panadero confía en que algún día lo perdonarán y podrá volver a la Bombonera: "No se me pasa por la cabeza que nunca más pueda pisar la cancha. Mi historia con Boca no puede terminar así. Quiero hablar con Angelici y explicarle que lo que hice no fue premeditado ni político para que revea mi expulsión. Sé que me van a perdonar y que algún día voy a volver a la cancha".

Adrián Napolitano es más conocido como el Panadero. Fue el hombre que el 14 de mayo de 2015 escribió la página más negra de la historia reciente de los Superclásicos. Con el famoso gas pimienta, agredió a jugadores de River y provocó un verdadero escándalo que terminó en suspensión del encuentro y eliminación de Boca. Hoy, ocho meses después, reapareció en escena en una entrevista con Gustavo Grabia, de Olé, y narró cómo son sus días después del episodio que le cambió la vida.
Los días de Napolitano no cambiaron tanto. Sigue al frente de sus panaderías y camina sin problemas por las calles del barrio. Sin embargo, es consciente de que aquella noche marcó un antes y un después: "Estoy arrepentido, pero no puedo hacer nada para volver atrás. Sé que le hice un daño grande a Boca, y más allá de lo que diga la Justicia, yo ya estoy pagando porque me arruiné la vida".
Varios meses después de aquella noche, el Panadero afirma que ya puede caminar tranquilo y sin recibir insultos: "Puedo ir a un cine, a un bar, y no pasa nada. Ustedes me trataron como a un delincuente, pero creo que hoy muchos hinchas se ponen en mi lugar y ven a un tipo que por una pasión desmedida hacia Boca tiró todo por la borda en un minuto. Los primeros meses fueron duros. Me tuve que ir a vivir afuera, mi hija a veces venía llorando del colegio por lo que le decían los compañeros".
También dice que cada vez que Boca juega de local la pasa mal, ya que debe mirarlo por televisión: "Llega el domingo y me quiero morir, porque todos mis amigos van a la cancha y yo tengo que verlo por tele. Al principio no podía, ponía la tele de fondo y relojeaba un poco mientras jugaba con mi hija".
A pesar de todo, el Panadero confía en que algún día lo perdonarán y podrá volver a la Bombonera: "No se me pasa por la cabeza que nunca más pueda pisar la cancha. Mi historia con Boca no puede terminar así. Quiero hablar con Angelici y explicarle que lo que hice no fue premeditado ni político para que revea mi expulsión. Sé que me van a perdonar y que algún día voy a volver a la cancha".
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