Javier Mascherano y su futuro en la Selección

Tras la renuncia de Messi y el rumor de que otros representantes del equipo seguirían el mismo camino, el jugador se reunió en su pueblo natal con un íntimo grupo de amigos y les contó su decisión.



Javier Mascherano se reunió anoche en San Lorenzo, el pueblo de Santa Fe en el que nació, con sus amigos de la infancia y en una cena íntima les habría contado que su decisión es la de continuar en la Selección y diferenciarse así de Lionel Messi, quien tras la derrota por penales ante Chile en la final, comunicó que no jugaría más en el equipo nacional.

El Jefecito se trasladó a su pueblo tras regresar de los Estados Unidos con la mayor parte del plantel del seleccionado que disputó el torneo Centenario y allí, arropado por sus familiares, amigos y gente cercana, habría tomado la decisión de seguir, según contó el portal SL24 de la mencionada localidad de Santa Fe.

Mascherano (32) jugó su primer partido en la Selección Argentina el 16 de julio de 2003 siendo uno de los pocos casos de jugadores en debutar antes en el equipo nacional de su país que en Primera División, lo que ocurrió poco después, en River.

El mediocampista que hoy se desempeña en el Barcelona jugó entonces un amistoso ante Uruguay gracias al llamado de Marcelo Bielsa, quien por esos tiempos dirigía a la Selección. Trece años después acumula 122 partidos en la Mayor y un total de 168 encuentros en las diferentes categorías de representativos nacionales que integró.

El rumor de su renuncia al equipo argentino trascendió poco después de finalizado el partido por el título de la Copa América 2016, una vez que Lionel Messi dijo la ya famosa frase: "La Selección se terminó para mí", con la que anunció su renuncia, lo que habría surtido como una suerte de efecto contagio en otros jugadores como Sergio Kun Agüero, Gonzalo Higuaín, Ezequiel Lavezzi y el propio Javier Mascherano, quien finalmente descartaría esta decisión y se daría una nueva oportunidad en busca de quitarse, por qué no en el Mundial de Rusia, el karma de las finales perdidas con la Selección.

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