Una década después su muerte sigue impune.

Desde un primer momento el hecho estuvo rodeado por un halo de misterio que hoy, 10 años después, todavía perdura. El 26 noviembre de 2006 Nora Dalmasso apareció estrangulada y semidesnuda sobre la cama de su hija Valentina en el country Villa Golf, en Río Cuarto, a más de 220 kilómetros de Córdoba capital. Hacía 36 horas que estaba muerta, alguien la mató en la madrugada del sábado, cuando volvió de una salida con amigas.
Las hipótesis fueron tantas como los nombres que comenzaron a girar en torno al caso, las versiones hablaban de un juego erótico, de estrangulamiento durante una relación sexual, de un homicidio cometido tras un abuso. Las preguntas empezaron a ser cada vez más, pasaron sospechosos, un albañil, un abogado, un médico, Facundo, su propio hijo, pasaron fiscales, pero 10 años después los interrogantes siguen ganándole la pulseada a las certezas.

"Este hecho cambió nuestras vidas y lo sigue haciendo cada día en el que la Justicia no sólo no nos da una respuesta sobre quien mató a mamá, sino que nos persigue despiadadamente", aseguraron los hijos de la víctima, Facundo y Valentina, en una entrevista vía mail con el diario La Voz.
Sus declaraciones se conocieron horas después de que el fiscal Daniel Miralles anunciara que va a ordenar nuevos cotejos de ADN sobre un pelo encontrado en la escena del crimen y defendiera su decisión de imputar a Macarrón. El funcionario consideró que "el material genético lo ubica (al viudo) en la escena del crimen" y eso es "una prueba científica irrefutable".
Por último, aclaró que está esperando "informes sobre teléfonos, pasos migratorios, de meteorología y de la Fuerza Area" que apuntan a comprobar si, tal como siempre aseguró Macarrón (57), estuvo en Punta del Este el día del homicidio. La hipótesis es que el viudo pudo haber realizado un viaje en una ventana horaria de seis horas desde dicha ciudad uruguaya a Río Cuarto, asesinar a su esposa y volver al vecino país donde disputaba un torneo de golf, el cual finalmente ganó.

Para los hijos de la víctima, que en el momento del crimen tenían 16 y 19 años, se trata de una hipótesis "ridícula". "Respecto de la imputación de papá, aún no caemos de la sorpresa y el absurdo con lo cual todo fue manejado. Pasamos del dolor de haber tenido que aguantar la persecución por más de cinco años, a la esperanza de un nuevo fiscal que, en menos de tres semanas, se le cruza por la cabeza jugar al ridículo y emperrarse desde entonces con papá. No hay duda de que es la opción más fácil que tiene, a pesar de que estaba a 1.600 kilómetros de distancia, en otro país y con 18 personas al lado... (El fiscal) pretende que haya sobrevolado dos países, haya cargado combustible en un traje espacial durante el vuelo y haya vuelto y descansado plácidamente, para al otro día jugar un torneo de golf", explicaron. Las respuestas, redactadas por Facundo, llevan la firma de ambos.

Desde un primer momento el hecho estuvo rodeado por un halo de misterio que hoy, 10 años después, todavía perdura. El 26 noviembre de 2006 Nora Dalmasso apareció estrangulada y semidesnuda sobre la cama de su hija Valentina en el country Villa Golf, en Río Cuarto, a más de 220 kilómetros de Córdoba capital. Hacía 36 horas que estaba muerta, alguien la mató en la madrugada del sábado, cuando volvió de una salida con amigas.
Las hipótesis fueron tantas como los nombres que comenzaron a girar en torno al caso, las versiones hablaban de un juego erótico, de estrangulamiento durante una relación sexual, de un homicidio cometido tras un abuso. Las preguntas empezaron a ser cada vez más, pasaron sospechosos, un albañil, un abogado, un médico, Facundo, su propio hijo, pasaron fiscales, pero 10 años después los interrogantes siguen ganándole la pulseada a las certezas.

"Este hecho cambió nuestras vidas y lo sigue haciendo cada día en el que la Justicia no sólo no nos da una respuesta sobre quien mató a mamá, sino que nos persigue despiadadamente", aseguraron los hijos de la víctima, Facundo y Valentina, en una entrevista vía mail con el diario La Voz.
Sus declaraciones se conocieron horas después de que el fiscal Daniel Miralles anunciara que va a ordenar nuevos cotejos de ADN sobre un pelo encontrado en la escena del crimen y defendiera su decisión de imputar a Macarrón. El funcionario consideró que "el material genético lo ubica (al viudo) en la escena del crimen" y eso es "una prueba científica irrefutable".
Por último, aclaró que está esperando "informes sobre teléfonos, pasos migratorios, de meteorología y de la Fuerza Area" que apuntan a comprobar si, tal como siempre aseguró Macarrón (57), estuvo en Punta del Este el día del homicidio. La hipótesis es que el viudo pudo haber realizado un viaje en una ventana horaria de seis horas desde dicha ciudad uruguaya a Río Cuarto, asesinar a su esposa y volver al vecino país donde disputaba un torneo de golf, el cual finalmente ganó.

Para los hijos de la víctima, que en el momento del crimen tenían 16 y 19 años, se trata de una hipótesis "ridícula". "Respecto de la imputación de papá, aún no caemos de la sorpresa y el absurdo con lo cual todo fue manejado. Pasamos del dolor de haber tenido que aguantar la persecución por más de cinco años, a la esperanza de un nuevo fiscal que, en menos de tres semanas, se le cruza por la cabeza jugar al ridículo y emperrarse desde entonces con papá. No hay duda de que es la opción más fácil que tiene, a pesar de que estaba a 1.600 kilómetros de distancia, en otro país y con 18 personas al lado... (El fiscal) pretende que haya sobrevolado dos países, haya cargado combustible en un traje espacial durante el vuelo y haya vuelto y descansado plácidamente, para al otro día jugar un torneo de golf", explicaron. Las respuestas, redactadas por Facundo, llevan la firma de ambos.
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