#Misiones: torturaron a un juez y le cortaron los dedos en un asalto

Ocurrió en la casa del magistrado en la localidad de San Ignacio. Luego de torturarlo, lo llevaron a recorrer cajeros



Luis Ricardo Alcaraz (79) es el juez de Paz de la localidad misionera de San Ignacio y el domingo a la madrugada fue víctima de un violento asalto. Al menos cuatro delincuentes -de entre 18 y 19 años- lo sorprendieron en su casa, lo golpearon, le cortaron los dedos y lo llevaron a recorrer cajeros.

Según relató el magistrado, los ladrones tenían perfectamente planeado el "golpe": cortaron la luz de la vivienda y cuando el hombre salió para ver si los vecinos tampoco contaban con el servicio eléctrico, lo abordaron y lo hicieron reingresar.

En ese momento, comenzaron a golpearlo, mientras lo amenazaban con cuchillos. A pesar de no mostrar resistencia lo peor estaba por ocurrir. Les entregó más de 9.000 pesos en efectivo y las joyas de oro que había heredado de su madre. Según la prensa local, están valuadas en más de 40 mil pesos. Pero no fue suficiente.

La banda no tuvo mejor idea que torturar al juez. El líder del grupo le cortó la frente a Alcaraz y los dedos de la mano derecha. "Cada vez que me pedía algo y no accedía, me cortaba un dedo", contó. Los castigos y las amenazas se prolongaron por más de una hora, hasta que fue la propia víctima la que propuso ir a recorrer los cajeros electrónicos y así sacarlos de la casa. "No intentes hacer algo en la calle, nada de locuras porque hay balas para vos y para el que intente meterse", fue la advertencia del agresor.

"Antes me obligaron a cambiarme de ropa porque estaba ensangrentado", contó el juez, quien no dejó de decir que "nació de nuevo". La frialdad con la que se movían era inexplicable. En el camino lo llevaban con una pistola apoyada en las costillas, mientras saludaban a la gente "como si estuvieran de paseo", relató.

Cuando pasaban frente a un boliche, la víctima le hizo una seña a una suboficial de Policía, a la que conocía por su actividad dentro del poder judicial. Por fortuna, la mujer notó los rastros de sangre en el rostro del funcionario y se abalanzó a uno de los sospechosos, que logró escapar con ayuda de sus cómplices, que se movilizaban en motos.

Horas después, la Policía logró detener a los integrantes de la banda. En una de las viviendas allanadas por orden de la Justicia, se encontró dinero con manchas de sangre y una mochila que el magistrado reconoció como suya.

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