El presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó ayer un decreto que flexibilizará la posesión de armas de fuego en el país. Cumplió así una de sus principales promesas de la campaña electoral.
“Para garantizar el legítimo derecho a la defensa, como presidente voy a usar esta arma (una lapicera)”, afirmó Bolsonaro al firmar la medida durante una ceremonia en el palacio de Planalto, en Brasilia. “El ciudadano de bien podrá tener paz dentro de casa”, dijo.
El decreto entrará en vigor después de que sea publicado en el Diario Oficial de la Unión, sin tener que pasar por el Congreso .
En el acto participaron varias autoridades, entre ellas el ministro de Justicia y exjuez anticorrupción, Sergio Moro, quien participó en la redacción del texto, y diputados del lobby de la seguridad, conocido como la “bancada de la bala”.
Brasil es uno de los países más violentos del mundo, con un récord de 68.880 homicidios en 2017, un promedio de 175 por día y una tasa de 30,8 por cada 100.000 habitantes.
“El pueblo decidió que quería comprar armas y municiones. No podemos negar el derecho a la legítima defensa”, dijo Bolsonaro.
La medida es flexibiliza el llamado “Estatuto sobre el desarme” de 2003, que restringía el acceso y creaba varias trabas administrativas para habilitar la tenencia. Ahora, por ejemplo, el plazo de validez del permiso de posesión es de 10 años en vez de 5. El decreto mantiene el límite de compra en 4 armas, a menos que el interesado demuestre que necesita más .
La ley permitía tener armas en casa a los mayores de 25 años sin antecedentes criminales, con una ocupación lícita, capaces de comprobar la capacidad técnica y psicológica para su uso y de justificar su necesidad. La aprobación recaía sobre la Policía Federal. Ya no serán necesarios estos requisitos.
La portación de armas continúa reservado principalmente a militares, policías y personal del ramo de seguridad.
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