BERLÍN (AP) — El gobierno de Austria anunció el domingo tener planes para reformar el sistema fiscal de la nación en un intento por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
A partir del 1 de julio de 2022, el gobierno introducirá un nuevo impuesto sobre el carbono y regresará ese dinero a los residentes en forma de “bono climático”, informaron las autoridades.
Desde el año que viene, los austriacos deberán pagar 30 euros (casi 35 dólares) por cada tonelada de dióxido de carbono que emitan, un costo que las empresas probablemente trasladarán a las facturas de los consumidores. Este costo aumentará a 55 euros (64 dólares) por tonelada en 2025.
El gobierno prevé generar unos 5.000 millones de euros (5.800 millones de dólares) a partir del impuesto para 2025.
Cada residente de Austria recibirá un reembolso anual, cuya cantidad exacta se determinará en función de su lugar de residencia, para garantizar que los habitantes de las regiones rurales sin un buen transporte público no salgan perdiendo. Los niños tienen derecho a la mitad de la cantidad que reciban sus padres, por lo que una familia de dos adultos y dos niños de Viena podría esperar recibir 300 euros (358 dólares), por ejemplo.
El objetivo es alentar a la gente a elegir formas de transporte y calefacción respetuosas con el medio ambiente, encareciendo las opciones que generan mucho carbono, sin incrementar la presión fiscal general.
La coalición de gobierno formada por el conservador Partido Popular, al que pertenece el canciller Sebastian Kurz, y los ambientalistas Verdes también anunció recortes al impuesto sobre la renta, una reducción de algunos cargos por el seguro médico y otras medidas que benefician principalmente a las familias y a los grupos de bajos y medios ingresos.
Planea también reducir los impuestos para las compañías, sobre todo a las industrias de alto consumo energético, que serán las más afectadas por el nuevo impuesto sobre el carbono.
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