El féretro de la monarca fue sepultado junto al de su esposo Felipe de Edimburgo en la Capilla de San Jorge.
El Reino Unido despidió este lunes a la reina Isabel II con un histórico funeral de Estado. Los restos de la monarca más longeva de la historia británica fueron depositados en el Castillo de Windsor, la última morada, en medio de una impresionante pompa enmarcada por miles de súbditos que acompañaron al cortejo en las calles.
Al funeral también asistieron varios de los más importantes líderes mundiales.
El momento culminante llegó cuando el cortejo ingresó a la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, donde unos 800 invitados asistieron a un servicio de compromiso antes del entierro. El Lord Chambelán, el funcionario de más alto rango en la casa real, rompió su 'Varita del Oficio', lo que significa el final de su servicio al soberano, y la colocó sobre el ataúd. La corona, el orbe y el cetro, símbolos del poder y el gobierno del monarca, fueron retirados del ataúd y se colocaron en el altar.
La procesión con el vehículo que transportó el féretro de la reina fallecida había partido luego del mediodía desde la ciudad de Londres y llegó a la tradicional residencia de la familia real en la campiña inglesa, varias horas después.
Despedida y homenaje íntimo
En la Abadía de Westminster cerca de 500 presidentes, primeros ministros, miembros de la familias reales extranjeras y otros dignatarios, rindieron homenaje a Isabell II. Entre los 2.000 asistentes y las figuras más destacadas estuvo Joe Biden, el presidente de Estados Unidos.
Llegada la noche británica, en un servicio familiar muy privado y exclusivo a los más cercanos, el ataúd de Isabel y su esposo el Príncipe Felipe, fueron enterrados juntos en la misma capilla donde sus padres y su hermana, la Princesa Margarita.
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