El conjunto de Gerardo Martino cumplió con la lógica y aplastó al equipo asiático sin hacer demasiado esfuerzo. Cada vez que se lo propuso, llegó al gol.
No resiste demasiado análisis un encuentro contra un equipo de nulo nivel de competitividad, que no tuvo ningún problema en ponerse en el rol de invitado a una fiesta ajena. Aunque fuese en su propia casa. No hubo partido en Hong Kong, sino un monólogo absoluto de Argentina. No hay nada de exagerado en la afirmación: una sola vez pateó al arco el conjunto asiático en los 90 minutos del partido. Y ni siquiera le acertó a los 7,32x2,44 metros que mide el arco.
Fue 7-0 para el equipo de Gerardo Martino, pero bien podrían haber sido más. Porque cada vez que la Selección subió un grado la media máquina con la que llevó la mayoría del partido, lastimó a su débil rival. Tardó 18 minutos el combinado albiceleste en abrir el marcador, luego de un arranque parsimonioso: tras un remate de Nicolás Gaitán que encontró una respuesta de torneo amateur de parte del arquero, Ever Banega definió el rebote con el arco a su disposición.
Tras el primero, llegó la única dificultad que tuvo Argentina en todo el encuentro: conseguir el segundo gol. Aunque la pelota era exclusiva propiedad del visitante y el juego se reducía a los pocos metros que separan la mitad de la cancha con la medialuna del área, faltaba la puntada final. Dos veces lo tuvo Gonzalo Higuaín, pero la primera se la atajó el arquero y la segunda lo anticipó justo un defensor cuando estaba por definir. Hasta que, a los 42, el Pipita tuvo su revancha al cabecear de pique al piso un buen centro de la izquierda de Leonel Vangioni (uno de los que aprovechó muy bien su chance de mostrarse). Ahí se abrió la canilla a la goleada.
Menos de 120 segundos después del segundo, Nicolás Gaitán -otro que sumó muchos porotos de cara al futuro- enganchó de la derecha al medio y definió al primer palo para marcar el tercero antes de que llegara el entretiempo. En el arranque del complemento, el hombre de Benfica se filtró de la estática defensa tras un lindo pase de Banega y le cedió el segundo personal a Higuaín.
Y entonces llegó el invitado de lujo a la fiesta: Lionel Messi entró a los 15 minutos de la segunda mitad y todo desde entonces fue para que el Diez se luciera y los hinchas asiáticos delirasen. A los 21, la Pulga hizo su primer gol, cinco minutos después le sirvió el sexto a Gaitán y a cinco del final, armó una linda jugada individual y definió fuerte y abajo para cerrar la goleada.
No dejó demasiadas conclusiones para sacar desde lo deportivo el partido: Argentina debía golear y goleó. Al menos el encuentro sirvió para que algunos de los nuevos nombres que busca incluir Martino en su equipo empiecen a sumar ruedo y buenas actuaciones. Y una lluvia de goles, sobre todo luego de una derrota, siempre reconforta.
Fuente: Goal.com
Fue 7-0 para el equipo de Gerardo Martino, pero bien podrían haber sido más. Porque cada vez que la Selección subió un grado la media máquina con la que llevó la mayoría del partido, lastimó a su débil rival. Tardó 18 minutos el combinado albiceleste en abrir el marcador, luego de un arranque parsimonioso: tras un remate de Nicolás Gaitán que encontró una respuesta de torneo amateur de parte del arquero, Ever Banega definió el rebote con el arco a su disposición.
Tras el primero, llegó la única dificultad que tuvo Argentina en todo el encuentro: conseguir el segundo gol. Aunque la pelota era exclusiva propiedad del visitante y el juego se reducía a los pocos metros que separan la mitad de la cancha con la medialuna del área, faltaba la puntada final. Dos veces lo tuvo Gonzalo Higuaín, pero la primera se la atajó el arquero y la segunda lo anticipó justo un defensor cuando estaba por definir. Hasta que, a los 42, el Pipita tuvo su revancha al cabecear de pique al piso un buen centro de la izquierda de Leonel Vangioni (uno de los que aprovechó muy bien su chance de mostrarse). Ahí se abrió la canilla a la goleada.
Menos de 120 segundos después del segundo, Nicolás Gaitán -otro que sumó muchos porotos de cara al futuro- enganchó de la derecha al medio y definió al primer palo para marcar el tercero antes de que llegara el entretiempo. En el arranque del complemento, el hombre de Benfica se filtró de la estática defensa tras un lindo pase de Banega y le cedió el segundo personal a Higuaín.
Y entonces llegó el invitado de lujo a la fiesta: Lionel Messi entró a los 15 minutos de la segunda mitad y todo desde entonces fue para que el Diez se luciera y los hinchas asiáticos delirasen. A los 21, la Pulga hizo su primer gol, cinco minutos después le sirvió el sexto a Gaitán y a cinco del final, armó una linda jugada individual y definió fuerte y abajo para cerrar la goleada.
No dejó demasiadas conclusiones para sacar desde lo deportivo el partido: Argentina debía golear y goleó. Al menos el encuentro sirvió para que algunos de los nuevos nombres que busca incluir Martino en su equipo empiecen a sumar ruedo y buenas actuaciones. Y una lluvia de goles, sobre todo luego de una derrota, siempre reconforta.
Fuente: Goal.com
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