Murió el hijo mayor del vicepresidente de Estados Unidos

Beau, el hijo de Joe Biden, perdió la vida luego de luchar durante años contra un cáncer de cerebro. "Él era el mejor hombre que cualquiera de nosotros haya conocido", dijo su padre en un comunicado


"Beau era, simplemente, el mejor hombre que cualquiera de nosotros haya conocido", agregó el funcionario.

El hijo de Biden se había convertido en una de las figuras más populares de Delaware. Había sido considerado el favorito para la carrera en 2016 para convertirse en el próximo gobernador del Estado.

En agosto de 2013 decidió iniciar su tratamiento en el Centro Médico de Texas, una de las clínicas más renombradas para luchar contra la enfermedad.

En 2008 se convirtió en una estrella política luego de introducir la candidatura de su padre en la Convención Nacional del Partido Demócrata, en Denver, la noche en la que Joe Biden aceptó la nominación como vicepresidente. Apenas un mes después, Beau fue enviado a Irak a servir durante un año.

Siete años atrás, Beau Biden compartió la historia trágica de la familia, que se volvería fundacional en la carrera de su padre como senador durante 36 años y, como vicepresidente, en los últimos seis años y medio.

Poco tiempo después de entrar en el Senado, en diciembre de 1972 Joe Biden recibió una llamada mientras estaba en Washington.

Su mujer, Neilla, y sus tres hijos habían estado involucrados en un terrible accidente de auto camino a su casa luego de comprar el árbol de Navidad. Su mujer y su hija murieron, y sus dos hijos, Beau y Hunter, luchaban por su vida. Según cuenta The Washington Post, esos hechos trágicos lo hicieron considerar la posibilidad de resignar su carrera política.

Gracias al apoyo de otros senadores, Biden decidió que viajaría en tren todas las mañanas desde Wilmington y volver durante la noche. De este modo pudo hacer frente a su carrera profesional y, a la vez, cuidar a su familia.

"Como padre único, decidió estar allí para llevarnos a la cama, para estar allí cuando nos despertábamos de una pesadilla, para hacernos el desayuno. Así viajaría desde y hacia Washington cuatro horas al día", narró Beau en 2008.

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