En la ONU, el papa Francisco pronunció otro discurso histórico

Ante la Asamblea General, y en español, Francisco cuestionó a los organismos financieros, habló sobre el cambio climático, el narcotráfico y la corrupción y pidió la "total prohibición" de las armas nucleares


Después de pararse ante la clase dirigente estadounidense, el papa Francisco subió hoy la apuesta al dirigirse a los líderes de la comunidad internacional desde la Asamblea General de las Naciones Unidas, en otro discurso provocador de la gira papal a Cuba y Estados Unidos.

Poco antes de las 10 (11 en la Argentina), el Papa comenzó su discurso en español, que se extendió por algo más de 40 minutos y en el que abordó temas que dividen y preocupan al mundo en la actualidad, como las reglas de los organismos financieros internacionales, el narcotráfico, el cambio climático y las armas nucleares.



Después de hablar sobre el avance tecnológico y de elogiar la labor de las Naciones Unidas, el Papa pidió atender la "necesidad de una mayor equidad" que "vale especialmente para los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas". "Esto ayuda a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo", mencionó.

"Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que lejos de promover el progreso someten a los poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia", dijo en uno de sus contundentes mensajes.

En ese mensaje, además, avaló los pedidos para acabar con el privilegio del que gozan los cinco miembros permanentes de su Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Rusia, Francia y el Reino Unido).

El Papa también dio fuertes definiciones sobre el concepto de poder. "La justicia es un requisito indispensable para obtener el ideal de la fraternidad universal. La limitación del poder es una idea implícita en el concepto de Derecho, dar a cada uno lo suyo, siguiendo la definición clásica de justicia", explicó, ante un auditorio atento, que lo interrumpía con sus aplausos.

"Dar a cada uno lo suyo significa que ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y los derechos de otras personas singulares", completó.

El papa criticó lo que denominó "falsos derechos", contrarios a la ideal limitación del poder que resultaría de la "distribución fáctica del poder (...) entre una pluralidad de sujetos".

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