AB InBev comprará SAB Miller por US$ 100.000 millones. En el país, las dos empresas tendrán casi 80% del mercado.
Tras semanas de idas y vueltas y ofertas rechazadas, los mayores fabricantes de cerveza del mundo cerraron un acuerdo de fusión de sus operaciones. Así, el líder del mercado, AB InBev, y el número dos, SABMiller, sellaron ayer un convenio mediante el cual el grupo dueño de marcas como Budweiser, Bramha y Quilmes, entre otras, pagará u$s 109.000 millones al propietario de las cervezas Miller, Pilsner Urquell, Corona e Isenbeck.
El consejo directivo de SABMiller recomendó aceptar la oferta de AB InBev a sus accionistas. Se trata de una oferta en efectivo de 44 libras por acción o u$s 67,6, lo que representa una prima del 50 % sobre el precio por acción de los títulos de SABMiller al cierre de la bolsa del 14 de septiembre, cuando se reanudaron los rumores sobre una fusión. La propuesta incluye un pago parcial en acciones, limitado al 41 % de los títulos de SABMiller, y que va destinada a la tabacalera estadounidense Altria, el mayor accionista de la cervecera; y a BevCo, el vehículo de inversión de la familia colombiana Santo Domingo. AB InBev también asumirá una deuda de u$s 10.500 millones de SABMiller, lo que acerca la operación a los u$s 116.500 millones o 102.432 millones de euros. Y si la operación se frustra, AB InBev deberá pagar a su rival u$s 3000 millones (2.638 millones de euros), aunque para evitar que esto suceda se acordó ampliar la fecha límite para que se formalice la oferta del 14 al 28 de octubre.
De prosperar las negociaciones, se crearía la primera cervecera mundial, con una capitalización de
u$s 280.000 millones que se distanciaría de manera significativa de otros rivales como Diageo y Heineken. Se colocaría incluso por delante de General Electric, la cuarta multinacional con mayor capitalización por detrás de Apple, Microsoft y Exxon Mobil. La combinación de ambos negocios generaría ingresos por u$s 64.000 millones (57.053 millones de euros) y un Ebitda de u$s 24.000 millones (21.395 millones de euros).
Pero la mega fusión planteará algunas dudas importantes en el mercado local, donde ambas hasta ahora compiten con fuerte presencia. Por su lado, AB InBev es dueña del grupo a cargo de las mayores marcas del país como son Quilmes y Brahma, además de producir Stella Artois. Controla más del 74% del market share. Por su parte, SAB Miller controla desde 2010 la empresa Isenbeck, de la cual es dueña desde 2010 cuando llegó a un acuerdo con Warsteiner para hacerse cargo de las operaciones locales. También produce Miller y Grolsch.
Según fuentes del mercado, este grupo de marcas muerde cerca de un 10% del mercado, ubicándose detrás del grupo chileno CCU que dice poseer un 23% del total. En la actualidad, el mercado local de cerveza mueve aproximadamente 17 millones de hectolitros e implica un consumo de 44 litros anuales por persona. Por marcas, la número uno en ventas sigue siendo Quilmes, que controla el 40%, seguida por Brahma, del mismo grupo, mientras que en el segmento de cervezas premium -que representa cerca del 15% del negocio-el primer puesto se lo disputan Stella Artois (de Quilmes) y Heineken (de CCU).
Tras conocerse la posible fusión, fuentes cercanas a los entes reguladores de la competencia anticiparon a El Cronista que deberán analizar las implicancias locales de la operación "profundamente" para "evitar una posible concentración del mercado". De hecho, recordaron que cuando se fusionaron Quilmes y Brahma, en 2003, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), obligó a las empresas a realizar fuertes desinversiones en el mercado argentino. En ese momento el grupo brasileño AmBev, dueño de Brahma debió desprenderse de un par de plantas y por lo menos tres de sus principales marcas. La lista de desinversiones incluyó la planta que tenía Brahma en Luján y la fábrica de malta de Llavallol, que pertenecía a Quilmes.
Además, Quilmes y Brahma debieron vender las marcas Palermo y Bieckert -que juntas sumaban una participación de mercado de 8,2%- y sus líneas de cerveza premium: Heineken e Imperial, cuyas participaciones llegaban a 2,6 y 0,2%, respectivamente. También se las obligó a vender a un comprador nuevo en el mercado. El objetivo fue impedir que la fusión entre Quilmes y Brahma superara una participación de mercado del 65,6%.
Tras semanas de idas y vueltas y ofertas rechazadas, los mayores fabricantes de cerveza del mundo cerraron un acuerdo de fusión de sus operaciones. Así, el líder del mercado, AB InBev, y el número dos, SABMiller, sellaron ayer un convenio mediante el cual el grupo dueño de marcas como Budweiser, Bramha y Quilmes, entre otras, pagará u$s 109.000 millones al propietario de las cervezas Miller, Pilsner Urquell, Corona e Isenbeck.
El consejo directivo de SABMiller recomendó aceptar la oferta de AB InBev a sus accionistas. Se trata de una oferta en efectivo de 44 libras por acción o u$s 67,6, lo que representa una prima del 50 % sobre el precio por acción de los títulos de SABMiller al cierre de la bolsa del 14 de septiembre, cuando se reanudaron los rumores sobre una fusión. La propuesta incluye un pago parcial en acciones, limitado al 41 % de los títulos de SABMiller, y que va destinada a la tabacalera estadounidense Altria, el mayor accionista de la cervecera; y a BevCo, el vehículo de inversión de la familia colombiana Santo Domingo. AB InBev también asumirá una deuda de u$s 10.500 millones de SABMiller, lo que acerca la operación a los u$s 116.500 millones o 102.432 millones de euros. Y si la operación se frustra, AB InBev deberá pagar a su rival u$s 3000 millones (2.638 millones de euros), aunque para evitar que esto suceda se acordó ampliar la fecha límite para que se formalice la oferta del 14 al 28 de octubre.
De prosperar las negociaciones, se crearía la primera cervecera mundial, con una capitalización de
u$s 280.000 millones que se distanciaría de manera significativa de otros rivales como Diageo y Heineken. Se colocaría incluso por delante de General Electric, la cuarta multinacional con mayor capitalización por detrás de Apple, Microsoft y Exxon Mobil. La combinación de ambos negocios generaría ingresos por u$s 64.000 millones (57.053 millones de euros) y un Ebitda de u$s 24.000 millones (21.395 millones de euros).
Pero la mega fusión planteará algunas dudas importantes en el mercado local, donde ambas hasta ahora compiten con fuerte presencia. Por su lado, AB InBev es dueña del grupo a cargo de las mayores marcas del país como son Quilmes y Brahma, además de producir Stella Artois. Controla más del 74% del market share. Por su parte, SAB Miller controla desde 2010 la empresa Isenbeck, de la cual es dueña desde 2010 cuando llegó a un acuerdo con Warsteiner para hacerse cargo de las operaciones locales. También produce Miller y Grolsch.
Según fuentes del mercado, este grupo de marcas muerde cerca de un 10% del mercado, ubicándose detrás del grupo chileno CCU que dice poseer un 23% del total. En la actualidad, el mercado local de cerveza mueve aproximadamente 17 millones de hectolitros e implica un consumo de 44 litros anuales por persona. Por marcas, la número uno en ventas sigue siendo Quilmes, que controla el 40%, seguida por Brahma, del mismo grupo, mientras que en el segmento de cervezas premium -que representa cerca del 15% del negocio-el primer puesto se lo disputan Stella Artois (de Quilmes) y Heineken (de CCU).
Tras conocerse la posible fusión, fuentes cercanas a los entes reguladores de la competencia anticiparon a El Cronista que deberán analizar las implicancias locales de la operación "profundamente" para "evitar una posible concentración del mercado". De hecho, recordaron que cuando se fusionaron Quilmes y Brahma, en 2003, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), obligó a las empresas a realizar fuertes desinversiones en el mercado argentino. En ese momento el grupo brasileño AmBev, dueño de Brahma debió desprenderse de un par de plantas y por lo menos tres de sus principales marcas. La lista de desinversiones incluyó la planta que tenía Brahma en Luján y la fábrica de malta de Llavallol, que pertenecía a Quilmes.
Además, Quilmes y Brahma debieron vender las marcas Palermo y Bieckert -que juntas sumaban una participación de mercado de 8,2%- y sus líneas de cerveza premium: Heineken e Imperial, cuyas participaciones llegaban a 2,6 y 0,2%, respectivamente. También se las obligó a vender a un comprador nuevo en el mercado. El objetivo fue impedir que la fusión entre Quilmes y Brahma superara una participación de mercado del 65,6%.
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