En silencio, los habitantes de la capital de Francia se reúnen para conmemorar a los muertos tras la ola de atentados
En silencio, los habitantes de una de las ciudades más turísticas del mundo marchan hacia la Plaza de la República, a pesar de la prohibición policial que, por seguridad, que no permite realizar manifestaciones masivas. Los parisinos se acercan a una de las plazas más emblemáticas de Francia para prender una vela conmemoratoria, dejar una corona de flores o incluso un mensaje escrito.
Las manifestaciones de tristeza y conmoción se repitieron a lo largo del mundo desde que se hizo pública la dimensión de la trágica ola de atentados que sacudió París este viernes. Las manifestaciones de ayer trajeron algo de movimiento a una ciudad que ayer lucía desolada y silenciosa.
Los ataques se llevaron al menos 129 vidas y dejaron 352 heridos, pero tuvieron un alcance mucho mayor. El gobierno del presidente François Hollande aseguró que Francia está en guerra con los autores intelectuales, comenzó la persecución de los autores materiales y se dictó el toque de queda; se inició un proceso de redefinición no sólo el tablero mundial sino también el de la política interna francesa, que inevitablemente girará hacia la derecha; pero además la masacre, con epicentro en París, sacudió emocionalmente a todo el mundo.
En silencio, los habitantes de una de las ciudades más turísticas del mundo marchan hacia la Plaza de la República, a pesar de la prohibición policial que, por seguridad, que no permite realizar manifestaciones masivas. Los parisinos se acercan a una de las plazas más emblemáticas de Francia para prender una vela conmemoratoria, dejar una corona de flores o incluso un mensaje escrito.
Las manifestaciones de tristeza y conmoción se repitieron a lo largo del mundo desde que se hizo pública la dimensión de la trágica ola de atentados que sacudió París este viernes. Las manifestaciones de ayer trajeron algo de movimiento a una ciudad que ayer lucía desolada y silenciosa.
Los ataques se llevaron al menos 129 vidas y dejaron 352 heridos, pero tuvieron un alcance mucho mayor. El gobierno del presidente François Hollande aseguró que Francia está en guerra con los autores intelectuales, comenzó la persecución de los autores materiales y se dictó el toque de queda; se inició un proceso de redefinición no sólo el tablero mundial sino también el de la política interna francesa, que inevitablemente girará hacia la derecha; pero además la masacre, con epicentro en París, sacudió emocionalmente a todo el mundo.
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