Los gendarmes caminan en grupos de a tres y tienen prohibido usar el celular, excepto para dar alertas; próximamente estarán en Almirante Brown, Ezeiza, Esteban Echeverría, La Matanza, Morón y Mar del Plata.
Esta semana los cuatro municipios donde a las fuerzas de seguridad bonaerense se sumarán los efectivos de Gendarmería, de Prefectura y de la Policía Federal serán Quilmes, Lomas de Zamora, Lanús y Avellaneda.
Según detalla el diario La Nación, en menos de 15 días, el lunes 31 de octubre, será el turno de otros seis: Almirante Brown, Ezeiza, Esteban Echeverría, La Matanza, Morón y Mar del Plata.
Unos 1200 agentes de estas distintas fuerzas -de un total de 6500 a desplegar- empezaron ayer los operativos. En unos municipios con más énfasis que en otros.
Pero en los cuatro con un mismo objetivo: realizar tareas de saturación, controles vehiculares, patrullajes, recorridas periféricas y “desalentar” el delito y el narcotráfico.
La mayoría de los gendarmes ya conocen el conurbano: su destino previo, en unos casos, fue Ezeiza; en otros, San Justo. Incluso algunos que ahora están en Quilmes vienen de Lomas de Zamora, o los que están en Lomas vienen de Lanús.
Muchos, también, pertenecían al Operativo Centinela. Su objetivo, ahora, es la prevención, “ir contra el delito”, como dicen ellos mismos.
Los destinos, para ellos y para los vecinos, son sorpresivos. Nadie sabe cuántos gendarmes aparecerán, ni dónde lo harán. No lo saben ni sus familias. Porque el celular sólo lo pueden usar para avisar al área de inteligencia si algún vecino les aporta un dato sobre algún delito, o para mirar el GPS. De lo contrario, el celular está prohibido.
También les está terminantemente prohibido sentarse en el horario de trabajo, las 12 horas que deben caminar por la ciudad que les haya tocado. Luego tendrán un día entero para recuperarse y volver frescos para seguir patrullando.
Esta semana los cuatro municipios donde a las fuerzas de seguridad bonaerense se sumarán los efectivos de Gendarmería, de Prefectura y de la Policía Federal serán Quilmes, Lomas de Zamora, Lanús y Avellaneda.
Según detalla el diario La Nación, en menos de 15 días, el lunes 31 de octubre, será el turno de otros seis: Almirante Brown, Ezeiza, Esteban Echeverría, La Matanza, Morón y Mar del Plata.
Unos 1200 agentes de estas distintas fuerzas -de un total de 6500 a desplegar- empezaron ayer los operativos. En unos municipios con más énfasis que en otros.
Pero en los cuatro con un mismo objetivo: realizar tareas de saturación, controles vehiculares, patrullajes, recorridas periféricas y “desalentar” el delito y el narcotráfico.
La mayoría de los gendarmes ya conocen el conurbano: su destino previo, en unos casos, fue Ezeiza; en otros, San Justo. Incluso algunos que ahora están en Quilmes vienen de Lomas de Zamora, o los que están en Lomas vienen de Lanús.
Muchos, también, pertenecían al Operativo Centinela. Su objetivo, ahora, es la prevención, “ir contra el delito”, como dicen ellos mismos.
Los destinos, para ellos y para los vecinos, son sorpresivos. Nadie sabe cuántos gendarmes aparecerán, ni dónde lo harán. No lo saben ni sus familias. Porque el celular sólo lo pueden usar para avisar al área de inteligencia si algún vecino les aporta un dato sobre algún delito, o para mirar el GPS. De lo contrario, el celular está prohibido.
También les está terminantemente prohibido sentarse en el horario de trabajo, las 12 horas que deben caminar por la ciudad que les haya tocado. Luego tendrán un día entero para recuperarse y volver frescos para seguir patrullando.
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