Demócratas condicionan gobierno de Trump tras arrebatarle una cámara

Un Estados Unidos profundamente divido enfrenta la perspectiva de una amarga guerra partidista tras las elecciones de mitad de mandato, que dejaron a los republicanos de Donald Trump con el control del Senado y a los demócratas con el dominio de la Cámara de Representantes

Al igual que sus predecesores Barack Obama y George W. Bush en su segundo mandato, Trump falló a la hora de romper la “maldición” de las elecciones de mitad de mandato, cediendo la mayoría en la Cámara a la oposición.

A falta de los resultados finales, según las proyecciones, los demócratas arrebatarían a los republicanos una treintena de escaños, de los 23 que necesitan para la mayoría, sumando en total cerca de 229 frente a 206 de los republicanos, según las estimaciones del diario The New York Times.

Con estos resultados, los demócratas retomarían por primera vez en ocho años el control de la Cámara de Representantes, cambiando el equilibrio de poderes en Washington, donde Trump gozó del favor de las dos cámaras desde su llegada a la presidencia tras su sorpresiva victoria en 2016.

Trump celebró los resultados como un “tremendo éxito”, ya que un Senado dominado por los republicanos termina con cualquier especulación sobre un procedimiento de destitución en el Congreso, un fantasma que lo acechaba en los últimos meses.

“Ahora, podemos volver a ponernos a trabajar para hacer las cosas”, dijo.

En el Senado, compuesto por 100 bancas 35 estaban en puja. Los resultados finales no han sido anunciados, pero los medios locales proyectan que los republicanos mantendrán la mayoría con un resultado entre 51 y 53 escaños. Todavía faltaban las cifras finales en tres contiendas muy cerradas en Florida, Arizona y Tennessee.

En la carrera por las gobernaciones, donde estaban en juego 36 cargos, los demócratas le arrebataron a los republicanos siete, pero se estrellaron en Florida, el barómetro electoral de cara a 2020 y donde el partido se creía lo suficientemente fuerte como para desafiar a los republicanos. En este importante estado del sur Andrew Gillum, que aspiraba a convertirse en el primer gobernador negro de Florida, perdió ante republicano Ron DeSantis, un entusiasta partidario de Trump.

Los resultados auguran dos últimos años del gobierno de Trump muy movidos.

Pese a contar con un expediente económico descollante, con una expansión de la economía y un desempleo del 3,7%, perder el control del Congreso es un revés para Trump. Ahora los demócratas podrán no sólo bloquear iniciativas del mandatario sino también investigar sus finanzas .

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