Pierde fuerza la protesta contra Macron en una París blindada

Un mes después del inicio de su movimiento, la movilización de los “chalecos amarillos” se redujo claramente ayer en las calles de Francia, con “menos de 3.000” manifestantes en París, en protestas hasta ahora sin mayores incidentes o violencia, a diferencia de sábados anteriores. Sin embargo, París volvió a tener el aspecto de una ciudad en estado de sitio: vehículos blindados en las calles, 8.000 miembros de las fuerzas de seguridad movilizados, bancos y comercios con sus fachadas recubiertas con planchas de madera.

El quinto sábado de movilización supuso una prueba para el presidente francés Emmanuel Macron, quien había lanzado al viernes un llamamiento a la “tranquilidad”, al “orden” .

Unos 33.500 manifestantes fueron contabilizados en todo el país a media jornada, contra 77.000 a la misma hora el sábado pasado. En París, “menos de 3.000 personas” participaban en la movilización, en tanto eran unas 10.000 hace una semana. Las manifestaciones se celebraban a media jornada sin mayores incidentes, aunque por la tarde las primeras tensiones surgieron entre chalecos amarillos y fuerzas de seguridad en los Campos Elíseos de París, con algunos lanzamientos de piedras y gases lacrimógenos.

El pasado sábado 8 de diciembre, las manifestaciones congregaron a 136.000 personas en toda Francia según cifras oficiales. Entonces, las imágenes de guerrilla urbana, de saqueos e incendios, especialmente en la capital, dieron la vuelta al mundo.

En todo el país se habían desplegado ayer 69.000 efectivos de las fuerzas de seguridad, contra 89.000 el 8 de diciembre.

A media jornada, menos de un centenar de personas habían sido detenidas, mucho menos que los más de 500 detenidos a la misma hora del sábado pasado.

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