Mientras Líbano empobrece, políticos ocultan riquezas fuera

BEIRUT, Líbano (AP) — Una serie de documentos filtrados confirmaron que durante años políticos y banqueros de Líbano acumularon riquezas en paraísos fiscales en el extranjero que emplearon para comprar casas caras, una revelación que enoja a las masas de ciudadanos empobrecidos atrapados en una de las peores crisis económicas del mundo en décadas.

Algunos de los titulares de cuentas en el extranjero descubiertos pertenecen a la misma élite gobernante a la que se culpa del colapso y de hacer descarrilar la vida de los libaneses de a pie que han perdido el acceso a sus ahorros y ahora tienen problemas para conseguir combustible, electricidad y medicamentos.

Entre los nombres destacados en los archivos está el gobernador del Banco Central de Líbano desde hace casi 30 años, Riad Salameh, quien es una figura clave en las fallidas políticas que contribuyeron a la actual crisis financiera, además del primer ministro, Najib Mikati. y su predecesor.

Los documentos, bautizaros como los Papeles de Pandora, fueron examinados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), que publicó sus primeros hallazgos el domingo. El informe expone los secretos de las élites adineradas de más de 200 países y territorios en paraísos fiscales.

Se basaron en la revisión de cerca de 11,9 millones de registros obtenidos de 14 empresas que prestan servicios para la creación de empresas extraterritoriales y firmas fantasma. Sus clientes suelen emplear estos recursos para tratar de ocultar su riqueza y actividades financieras.

Abrir una empresa en un paraíso fiscal no es ilegal, pero refuerza la percepción de que los ricos y poderosos juegan con unas normas diferentes, una noción especialmente perturbadora para muchos libaneses.

Los papeles muestran como, durante años, muchos miembros de su clase política sacaron su dinero del país incluso mientras instaban a la población a depositar sus ahorros en los bancos nacionales, garantizándoles que era seguro, dijo Alia Ibrahim, una periodista libanesa.

“No estamos hablando de ciudadanos comunes", apuntó Ibrahim, cofundadora de Daraj, una plataforma de noticias digital con sede en Beirut, y una de las docenas de periodistas de todo el mundo que trabajaron con el ICIJ en la investigación de los documentos.

“Estos son políticos que ocuparon cargos públicos durante años y son en parte responsables de la actual crisis que está viviendo Líbano", agregó.

Líbano está inmerso en lo que el Banco Mundial califica como una de las peores crisis económicas de los últimos 150 años en el mundo. Más del 70% de la población se vio abocada a la pobreza luego de que sus ahorros desaparecieron casi por completo con el colapso que comenzó a finales de 2019, causado en parte por décadas de corrupción y mala gestión de la case política.

Cientos de miles de personas participaron en protestas contra la corrupción desde finales de 2019. Pero dos años después, los mismos políticos siguen dirigiendo el país de la misma forma, protegidos por un sistema sectario.

Uno de los manifestantes, Samir Skaff, afirmó que los libaneses no se sorprenden cuando se les dice que su clase política “está compuesta por una panda de ladrones”.

“Nosotros llevamos años diciendo eso", dijo.

Las empresas “offshore”, aunque no son ilegales, pueden emplearse para evadir impuestos o esconder dinero ganado ilícitamente. Las filtraciones solo confirman de nuevo lo que los libaneses llevaban años afirmando sobre sus dirigentes, aunque los sucesivos reportes sobre corrupción o actividades ilegales no lograron cambios en el pasado.

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