Para el Washington Post, Argentina es un país "adicto a las drogas y el FMI es su dealer"

El diario norteamericano puso en duda la viabilidad del nuevo acuerdo y criticó a los gobiernos peronistas.


Para el Washington Post, Argentina es un país "adicto a las drogas y el FMI es su dealer"



El diario norteamericano, Washington Post, publicó este lunes un duro análisis sobre el reciente entendimiento de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y puso en duda la viabilidad del nuevo programa. “Argentina es un adicto a la deuda y el FMI es su dealer”, sentenció.


"Argentina, la tierra del Malbec y el bistec con una guarnición de inflación, llegó a un acuerdo preliminar con el Fondo Monetario Internacional el viernes para evitar el incumplimiento del mayor rescate del prestamista en la historia. El resultado: pasarán años más antes de que el FMI recupere los muchos miles de millones que le prestó a Argentina, aparentemente un agujero negro fiscal de un país del que no escapa ni un dólar".


Además, el análisis titulado "Argentina es el socio del tango al que el FMI no puede renunciar" agrega: “El duro acuerdo entre el FMI y el gobierno peronista de izquierdas -que heredó el rescate de la administración derechista del ex presidente Mauricio Macri- se produjo tras más de un año de intensas conversaciones”, señaló el Washington Post.


“Los analistas habían temido que los bolsillos de los argentinos se volvieran a llenar de hilachas ante la inminencia de los enormes reembolsos, empujando las negociaciones hacia un momento de crisis”.


Según el articulo, “el acuerdo se cerró cuando las poderosas facciones peronistas amenazaron con abandonar los reembolsos si no se lograban condiciones generosas, lo que es como decirle a la compañía de la tarjeta de crédito que más vale que se atenga a las reglas”.


“En las dos últimas semanas, el presidente, el vicepresidente y el presidente de la Cámara de Diputados de Argentina han pronunciado discursos en los que han hablado en contra del pago de la deuda”, dijo al diario norteamericano Gabriel Torres, analista principal de Moody’s Investors Service. “Esto es algo que ya no se oye en ningún otro lugar del mundo”, agregó.


Asimismo, la publicación continúa: “Todavía no se han concretado algunos detalles del acuerdo, pero prevé una reducción gradual del déficit fiscal para 2024 sin medidas de austeridad, y se basa en parte en las viejas promesas de luchar contra la evasión fiscal y desligar al país de los subsidios energéticos”.


“El plazo relativamente largo da margen a los peronistas -conocidos por sus atracones de gasto antes de las elecciones- para mantener abiertas las complicadas arcas del país antes de la crucial carrera presidencial de 2023″. “Mientras tanto, el FMI -del que Estados Unidos es el mayor contribuyente- tendrá que esperar que las garantías argentinas sean esta vez mejores que las anteriores”.


Al respecto, señaló que “el historial de Argentina en cuanto al cumplimiento de sus promesas no es precisamente estelar, y el acuerdo marca un buen momento para considerar quién es el culpable del largo tango del FMI con un país que pasa de una crisis financiera a otra, todo ello mientras gasta el dinero de otros”.


En este sentido, señaló que “los expertos están atacando al FMI y a Argentina por igual. Una narrativa común es la culpa compartida: que Argentina es un adicto a la deuda y el FMI su distribuidor. Pero si Argentina es una víctima, es por las heridas autoinfligidas”.


“En las décadas más recientes, los gobiernos peronistas se dedicaron a gastar a raudales, dejando una factura imposible de cubrir para los candidatos de la oposición que tuvieran la mala suerte de seguir sus actos”.


Según el artículo “el peor momento llegó después de que el FMI cortara el crédito del país en 2001, sumiendo a la Nación cargada de deudas en un histórico default soberano y una devaluación de la moneda que devastó a la clase media y disparó la pobreza”.

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