Las segundas marcas ganan terreno en el consumo popular

Las segundas marcas ganan terreno en el consumo popular
Las segundas marcas siguen ganando terreno en los hábitos de consumo de la población. La acelerada inflación de los últimos meses y la consecuente pérdida de poder adquisitivo de los salarios de alrededor de 21% entre diciembre y febrero provocaron que los compradores se volvieran mucho más selectivos a la hora de adqirir sus productos en los supermercados.


En ese sentido, la decisión apunta a relegar algunos productos de marcas reconocidas por otros de menor calidad o de los que no hay tantas referencias, pero que son mucho más económicos e impactan menos en la cuenta final.


La conclusión se desprende de un estudio realizado por la consultora Nielsen IQ, especializada en detectar los cambios y las tendencias de consumo. Según el relevamiento, el cambio en las compras comenzó a observarse hacia finales del año pasado.


 


Marcas propias




Además, se registró un crecimiento en las ventas de las marcas propias de los supermercados, que se fortalecieron entre diciembre y enero de este año. Los mayores saltos se dieron en los alimentos.


Para ello contaron con la ventaja de una costumbre en los supermercados: lanzar marcas propias para captar a su público cautivo. El mayor salto en el consumo de esas marcas propias se da en alimentos (29,4% en el bimestre diciembre-enero 2024) y productos de cosmética y tocador (25,9%).


En cambio, la suerte no fue la misma en las bebidas, en las que las marcas de supermercados cayeron un 39% en el período relevado. Una parte se mantuvo en las tradicionales y otra dejó de consumir.


El fenómeno se da de la mano de una fuerte reducción de las compras en términos generales. La canasta que revela mensualmente Nielsen IQ mostró una caída del 18,9% en febrero.


 








 







El análisis detallado revela que, a pesar de la crisis, supermercados es el canal que mejor resiste la baja, aunque la eliminación del programa Precios Justos, que preveía valores acordados entre el gobierno y los fabricantes para una serie de artículos de consumo masivo, produjo una fuerte desaceleración en el bimestre diciembre-enero.


Dicha categoría ganó relevancia en el 2023 y aún se observa en el corto plazo su predominancia a pesar de ser la que más aumentó precios en diciembre y enero 2024, alcanzando una suba de precios del 230% y quedando entre 15 y 25 puntos encima que el resto de los canales. Como parámetro, la inflación minorista de 2023 fue de 211 por ciento.


En el corto plazo, comenzó a crecer una migración de productos premium al rubro mainstream (más populares) o low value (bajo precio). Con algunas sutilezas, esos cambios se dan en todos los rubros: bebidas, alimentos, limpieza y cosmética.

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