Luego de la dura eliminación en la Europa League, el equipo de Rafa Benítez consiguió un importante triunfo en la lucha por ingresar a la máxima competencia europea.
Con el belga Dries Mertens como figura indiscutible, Napoli venció 3-2 a un Cesena que marcha penúltimo en la tabla y ya está descendido, y quedó a 3 puntos de los puestos de Champions League. En la última fecha, el equipo de Rafa Benitez enfrentará a Lazio, principal rival en la lucha para ingresar a la máxima competencia europea.
San Paolo esperaba con las uñas afiladas a su equipo. La incomprensible eliminación en Europa League ante el desconocido Dnipro y la derrota frente al Parma había perturbado la relación entre el plantel y los hinchas.
El francés Defrel se encargó de enquistar este malestar con un tanto al cuarto de hora, que reclamaba una respuesta rápida de los partenopeos, con Higuáin en el banquillo y Benítez en la tribuna, castigado. Mertens asumió el rol de salvador, primero como goleador y más tarde como asistente, sirviendo en bandeja a Gabbiadini en el 2-1.
Con todo aparentemente resuelto, Defrel volvió a golpear sobre el final del primer tiempo, con otro latigazo que igualaba el partido y avivaba enojo de los aficionados.
Pero el espíritu del belga sirvió para extinguir cualquier principio de incendio. La incursión del omnipresente Mertens por el costado hizo que Hamsik, en una pared no intencionada, le cediera la pelota para que el hábil extremo rubricara su extraordinaria actuación dándole un triunfo fundamental al conjunto napolitano.
Con el belga Dries Mertens como figura indiscutible, Napoli venció 3-2 a un Cesena que marcha penúltimo en la tabla y ya está descendido, y quedó a 3 puntos de los puestos de Champions League. En la última fecha, el equipo de Rafa Benitez enfrentará a Lazio, principal rival en la lucha para ingresar a la máxima competencia europea.
San Paolo esperaba con las uñas afiladas a su equipo. La incomprensible eliminación en Europa League ante el desconocido Dnipro y la derrota frente al Parma había perturbado la relación entre el plantel y los hinchas.
El francés Defrel se encargó de enquistar este malestar con un tanto al cuarto de hora, que reclamaba una respuesta rápida de los partenopeos, con Higuáin en el banquillo y Benítez en la tribuna, castigado. Mertens asumió el rol de salvador, primero como goleador y más tarde como asistente, sirviendo en bandeja a Gabbiadini en el 2-1.
Con todo aparentemente resuelto, Defrel volvió a golpear sobre el final del primer tiempo, con otro latigazo que igualaba el partido y avivaba enojo de los aficionados.
Pero el espíritu del belga sirvió para extinguir cualquier principio de incendio. La incursión del omnipresente Mertens por el costado hizo que Hamsik, en una pared no intencionada, le cediera la pelota para que el hábil extremo rubricara su extraordinaria actuación dándole un triunfo fundamental al conjunto napolitano.
Publicar un comentario