El adolescente de 16 años fue golpeado con un ladrillo en la cabeza luego de una fiesta. Tras quedar internado con muerte cerebral, falleció. Uno de sus agresores había festejado el ataque en Facebook.

Tras permanecer cinco días internado con muerte cerebral en la Clínica Nuestra Señora de la Merced, Nicolás Berdala (16) murió. El adolescente había sido brutalmente atacado por una patota tras salir de una fiesta en Pilar. Según el testimonio de testigos, la víctima recibió un golpe en la cabeza con un ladrillo.
Un día después, Nicolás fue internado por fuertes dolores y quedó hospitalizado con respirador artificial. Berdala volvía de un cumpleaños de 15 en San Alejo del Pilar junto a un amigo cuando en Houssay y Bolivia fueron interceptados por una patota que les cercó el camino, los desafió a pelear y comenzó a golpearlos. "Él y sus amigos no quisieron pelear, pero igual fueron golpeados", aseguró Daniel Rausch, tío de Nicolás.
Tras la riña, en la que fue salvajemente golpeado con un ladrillo en la cabeza, el joven llegó a su casa, contó lo que había pasado pero dijo sentirse bien. Se fue a dormir, al día siguiente se levantó a almorzar y se volvió a acostar. Algunas horas después, su mamá lo encontró inconsciente en la cama. "Estaba todo duro, sentado en la cama. Lo acosté, lo moví un poco y no reaccionaba", relataron los familiares. Sus padres lo cargaron en un auto y lo llevaron primero al hospital de Pilar y luego a la Clínica Nuestra Señora de la Merced, donde reportaron un coágulo cerebral inoperable.
El pronóstico de Nicolás era reservado, pero su final lamentablemente estaba ya escrito a pesar de las plegarias de su familia. "Los médicos me dijeron que tenía un edema cerebral, un coágulo de sangre", había contado el papá de la víctima tras señalar que el cuadro era irreversible e inoperable. "Solamente nos queda rezar y pedir que Dios nos ayude en la evolución", dijo.

Tras permanecer cinco días internado con muerte cerebral en la Clínica Nuestra Señora de la Merced, Nicolás Berdala (16) murió. El adolescente había sido brutalmente atacado por una patota tras salir de una fiesta en Pilar. Según el testimonio de testigos, la víctima recibió un golpe en la cabeza con un ladrillo.
Un día después, Nicolás fue internado por fuertes dolores y quedó hospitalizado con respirador artificial. Berdala volvía de un cumpleaños de 15 en San Alejo del Pilar junto a un amigo cuando en Houssay y Bolivia fueron interceptados por una patota que les cercó el camino, los desafió a pelear y comenzó a golpearlos. "Él y sus amigos no quisieron pelear, pero igual fueron golpeados", aseguró Daniel Rausch, tío de Nicolás.
Tras la riña, en la que fue salvajemente golpeado con un ladrillo en la cabeza, el joven llegó a su casa, contó lo que había pasado pero dijo sentirse bien. Se fue a dormir, al día siguiente se levantó a almorzar y se volvió a acostar. Algunas horas después, su mamá lo encontró inconsciente en la cama. "Estaba todo duro, sentado en la cama. Lo acosté, lo moví un poco y no reaccionaba", relataron los familiares. Sus padres lo cargaron en un auto y lo llevaron primero al hospital de Pilar y luego a la Clínica Nuestra Señora de la Merced, donde reportaron un coágulo cerebral inoperable.
El pronóstico de Nicolás era reservado, pero su final lamentablemente estaba ya escrito a pesar de las plegarias de su familia. "Los médicos me dijeron que tenía un edema cerebral, un coágulo de sangre", había contado el papá de la víctima tras señalar que el cuadro era irreversible e inoperable. "Solamente nos queda rezar y pedir que Dios nos ayude en la evolución", dijo.
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