El mandatario estadounidense llegó ayer a la isla; este es el tercer encuentro bilateral desde que comenzó el deshielo

En el momento acaso más álgido del viaje del presidente Barack Obama a Cuba, el líder cubano Raúl Castro recibió hoy con todos lo honores al jefe de la Casa Blanca en el Palacio de la Revolución.
Ambos mandatarios se saludaron ante las cámaras en el Palacio de la Revolución de La Habana y tenían previsto después celebrar conversaciones oficiales. Se trata de la tercera reunión formal entre Obama y Castro desde que ambos anunciaron el histórico deshielo bilateral en diciembre de 2014.
Tras su histórico saludo, ambos mandatarios escucharon los himnos nacionales. Se espera que al finalizar sus conversaciones ofrecerán una rueda de prensa.
Media hora antes, el presidente de EE.UU. había rendido tributo a José Martí. Obama colocó una ofrenda floral en el monumento al patriota en la Plaza de la Revolución tras escuchar los himnos nacionales de Cuba y de su país.
Como es usual en este tipo de acto hubo una ceremonia militar protocolar mientras Obama, de pie y en silencio, se situó frente a la estatua. El secretario de Estado John Kerry estaba junto al presidente. Es la primera vez en la historia que un gobernante estadounidense rinde homenaje al prócer cubano en la Plaza de la Revolución. El monumento fue construido a fines de la década de los años 50.
La banda militar cubana se lanzó con el himno estadounidense en la Plaza de la Revolución. Entre el viento, los uniformes marrones y blancos y las trompetas sonó esa música por primera vez desde 1959. El presidente Barack Obama se veía sensiblemente emocionado. Al finalizar, los soldados entregaron la corona al monumento a Martí y Obama se dirigió hacia la explanada donde aparece con majestuosidad la efigie del Che Guevara. La foto simbolizará este reencuentro de Estados Unidos no solo con Cuba sino con el resto de América Latina.
Luego, Obama caminó hacia el Palacio de la Revolución. Una vez que traspasó las escalinatas llegó a un salón de aspecto selvático, con grandes plantas tropicales, donde lo esperaba con una enorme Raúl Castro. Se los veía cómodos uno con el otro. Estaban relajados. Hicieron la habitual revisión de tropas como sólo lo puede hacer alguien que está muy acostumbrado a ese trajín. Otra vez los himnos. Y el jefe de la guardia con un desfile de paso de pato a la soviética. Luego, la caminata con elegancia, los dos con trajes oscuros, en un tono más azulado Obama, en uno más agrisado Castro.

En el momento acaso más álgido del viaje del presidente Barack Obama a Cuba, el líder cubano Raúl Castro recibió hoy con todos lo honores al jefe de la Casa Blanca en el Palacio de la Revolución.
Ambos mandatarios se saludaron ante las cámaras en el Palacio de la Revolución de La Habana y tenían previsto después celebrar conversaciones oficiales. Se trata de la tercera reunión formal entre Obama y Castro desde que ambos anunciaron el histórico deshielo bilateral en diciembre de 2014.
Tras su histórico saludo, ambos mandatarios escucharon los himnos nacionales. Se espera que al finalizar sus conversaciones ofrecerán una rueda de prensa.
Media hora antes, el presidente de EE.UU. había rendido tributo a José Martí. Obama colocó una ofrenda floral en el monumento al patriota en la Plaza de la Revolución tras escuchar los himnos nacionales de Cuba y de su país.
Como es usual en este tipo de acto hubo una ceremonia militar protocolar mientras Obama, de pie y en silencio, se situó frente a la estatua. El secretario de Estado John Kerry estaba junto al presidente. Es la primera vez en la historia que un gobernante estadounidense rinde homenaje al prócer cubano en la Plaza de la Revolución. El monumento fue construido a fines de la década de los años 50.
La banda militar cubana se lanzó con el himno estadounidense en la Plaza de la Revolución. Entre el viento, los uniformes marrones y blancos y las trompetas sonó esa música por primera vez desde 1959. El presidente Barack Obama se veía sensiblemente emocionado. Al finalizar, los soldados entregaron la corona al monumento a Martí y Obama se dirigió hacia la explanada donde aparece con majestuosidad la efigie del Che Guevara. La foto simbolizará este reencuentro de Estados Unidos no solo con Cuba sino con el resto de América Latina.
Luego, Obama caminó hacia el Palacio de la Revolución. Una vez que traspasó las escalinatas llegó a un salón de aspecto selvático, con grandes plantas tropicales, donde lo esperaba con una enorme Raúl Castro. Se los veía cómodos uno con el otro. Estaban relajados. Hicieron la habitual revisión de tropas como sólo lo puede hacer alguien que está muy acostumbrado a ese trajín. Otra vez los himnos. Y el jefe de la guardia con un desfile de paso de pato a la soviética. Luego, la caminata con elegancia, los dos con trajes oscuros, en un tono más azulado Obama, en uno más agrisado Castro.
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