A 50 años del Black Power, imagen mítica del olimpismo



El momento más icónico de la historia del atletismo llegó de la mano de los corredores afroamericanos Tommie Smith y John Carlos, oro y bronce respectivamente en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de México 1968.

Al momento de los himnos, ya con las medallas puestas, alzaron el puño cubierto por un guante negro para reclamar contra la situación racial en Estados Unidos.

Smith y Carlos habían decidido utilizar el gesto del “Black Power” (Poder Negro) ante la situación en su país, donde la tensión racial entre blancos y negros llegó a su peor momento en aquel año, con el asesinato de Martin Luther King y Malcolm X, dos de las figuras más importantes del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos.



La protesta estaba decidida de antemano, pero el olvido de los guantes de uno de los atletas obligó a que cada uno usara uno: Smith levantó el puño derecho y Carlos el izquierdo ante un estadio atónito.

“La gente nos aplaudió, pero los aficionados estadounidenses nos mostraron su odio”, manifestó Carlos en una reciente visita a la Ciudad de México. “Sigo pensando que hicimos una mejor sociedad, hacer lo correcto no es fácil”, añadió.

La protesta redefinió el concepto de activismo en el deporte, entremezclándose con un anticuado movimiento olímpico entonces liderado por el presidente Avery Brundage y las protestas políticas y culturales alrededor del planeta en 1968.

Grandes protestas contra la Guerra de Vietnam ganaron protagonismo el mismo año en el que en Francia la defensa de los derechos civiles, liderada por estudiantes, sumieron al país en un clima de caos.

Y así, durante los Juegos, el febril estado anímico alrededor del globo llegó a Ciudad de México.

Unos días antes del arranque de las competencias, fuerzas gubernamentales del país latinoamericano aplastaron las protestas, dejando según informes independientes entre 300 y 500 muertos, miles de heridos y 2.000 arrestados.

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