Los bonos llegaron a su nivel más alto desde 2021 pese a las advertencias del FMI

El rally posterior a las PASO en la Bolsa esta vez alcanzó a los postergados bonos soberanos que, en el comienzo de la semana acumularon alzas del orden del 4,7% en dólares, hasta recuperar valores de fines de 2021. Las subas permitieron a los bonos sobreponerse a la caída postelectoral, consolidar la mejora de la semana pasada y coronar subas de hasta el 14,9% mensual a pesar de la reciente advertencia del FMI respecto de la sostenibilidad de la deuda “aunque con poca probabilidad”. De esta forma, el Global 30 superó los USD41 por lámina de cien dólares  y el AL30 quedó a céntimos de los USD35,30 por primera vez en 21 meses. Cabe recordar que cada vez que los bonos tuvieron fuertes incrementos, estos no se sostuvieron. La última gran suba había sido a comienzos de año cuando el ministro de Economía Sergio Massa prometió una recompra de bonos con un Repo de bancos extranjeros. En aquella ocasión, recuperaron los USD31 para luego volver a los USD23 y tras una escala seguir cayendo hasta perforar los USD21 hacia abril. Lo llamativo de esta ocasión es que los bonos aventajaron a las acciones que antes de las PASO habían tenido un fuerte rally y tras la devaluación recuperaron rápidamente su valor internacional arrastrando también a las cotizaciones en pesos. Así y todo, particularmente este martes fue una jornada eufórica para todos los mercados: el Merval en pesos avanzó 2,7% y medido en dólares trepó otro 0,8% hasta los USD851,84, una valuación récord tras un avance del 45,1% en lo que va del año. La explicación que se repetía en horas de la tarde entre grupos de inversores apuntaba a un impulso por deshacerse de los pesos, incluso con la elevada tasa de interés, y posicionarse en cualquier activo dolarizado, explicación válida para la suba de las cotizaciones de los bonos en pesos, pero no para la de los bonos en dólares cuyo precio sube cuando quienes los compran con dólares contantes y sonantes superan a la oferta. Sobre este punto, desde la agencia bursátil Portfolio Personal Inversiones (PPI) esclarecieron una de las causas de que ahora se haya acelerado la demanda: la capacidad de intervención del Banco Central sobreofertando bonos en pesos para hacer caer su precio y así controlar los dólares bursátiles es acotada, de modo que las probabilidades de que los abarate y -arbitraje mediante- los mantenga deprimidos en sus cotizaciones en dólares son reducidas. “El Staff Report del FMI confirmó el viernes que el Banco Central vendió alrededor de US$3.600 millones (valor nominal) de títulos AL30. Dado el balance de la entidad a fines del 2022, el Banco Central mantenía alrededor de US$4.510 millones (a valor nominal) de AL30, por lo que creemos que ahora este stock podría rondar los US$900/1.100 millones siguiendo ese número. En definitiva, el poder de fuego para vender bonos contra pesos debería verse bastante limitado ahora”, detallaron en PPI. Este límite se ve reforzado por los condicionamientos adicionales que el FMI impuso y que restringieron la intervención del Gobierno en las cotizaciones de los dólares paralelos. Por caso, este martes el Contado Con Liquidación superó los $800. Por su parte, el corredor bursátil Gustavo Neffa apuntó a la confluencia de causas, entre ellas, la percepción de que Argentina sigue estando barata y que los bonos también fueron alcanzados por el alza generalizada de activos. De hecho, gracias a los avances de las dos primeras ruedas de la semana, el AL30 acumuló un alza del 46,2% en lo que va del año y el GD30 del 44,7%, lo que los deja por encima del Merval y cerca del 48,6% del papel del banco Supervielle en Wall Street, aunque lejos de otras compañías argentinas en Nueva York, como YPF (61,5%), Banco Macro (64,4%) o Grupo Financiero Galicia (87,6%). A contramano de este optimismo, la advertencia del FMI subsiste y el riesgo país sigue en 2.052 puntos básicos, es decir, con la deuda soberana argentina en terreno de “junk bonds” (bonos basura). Puntualmente el Fondo mantuvo su evaluación de la deuda como “sostenible, pero no con alta probabilidad” basándose en la conjetura de una implementación exitosa del paquete de políticas  “que implica esfuerzos para realinear y armonizar el régimen cambiario con el acompañamiento de ajuste fiscal y políticas monetarias,  así como medidas para mejorar las condiciones del mercado interno de deuda. La deuda a mediano plazo y la sostenibilidad externa también dependen de la recuperación gradual del acceso a los mercados internacionales de deuda a partir de 2025 y una reversión de los flujos de condicionada”, detalló la última revisión del FMI.

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