Ambos tipos de agua buscan hidratar nuestro cuerpo, que es su función esencial. Sin embargo, hay diferencias notables en el proceso de creación que pueden incidir en aspectos de nuestra salud. El agua con gas contiene ácido carbónico, que se produce al agregar dióxido de carbono al agua filtrada. Este ácido carbónico hace que el agua con gas tenga un pH más ácido (alrededor de 3,5), comparado con el pH neutro del agua sin gas (aproximadamente entre 6,5 y 8,5).
Es importante destacar que a pesar de las diferencias, ambos tipos de agua cumplen con el mismo objetivo de hidratación. Los especialistas dejaron en claro que, contrariamente a lo que algunas personas creen, el agua embotellada no es necesariamente más saludable que el agua de la canilla. De hecho, en Australia, el agua del grifo está rigurosamente controlada y además, contiene flúor, un compuesto que puede ayudar a prevenir caries y cavidades dentales.
¿El agua con gas es mala para los huesos?
A pesar de su acidez, el agua con gas no demostró ser perjudicial para los huesos. Sin embargo, su acidez sí puede ablandar el esmalte dental. Esto no resultaría pernicioso, a menos que se mezcle con azúcares o cítricos, compuestos que propician una mayor acidez y pueden dañar los dientes.
¿Es malo tomar agua durante las comidas?
Otra superstición que los expertos buscan desacreditar, es la idea de que beber agua mientras comemos es perjudicial para la digestión. Aunque el agua puede diluir el ácido estomacal encargado de descomponer los alimentos, su consumo no demostró tener efectos adversos en el sistema digestivo.
Agua fría o a temperatura ambiente
En cuanto a la elección de agua fría o a temperatura ambiente, hay pocos estudios que demuestren efectos significativos en la digestión. Aunque hay algunas evidencias que vinculan el agua fría con la inhibición de las contracciones gástricas y con la aparición de calambres, otras investigaciones sugieren que podría aumentar temporalmente el metabolismo.
La mejor alternativa para los que toman agua
En general, el veredicto de los especialistas es que la elección es principalmente de preferencia personal, siempre y cuando el agua sea la elección de bebida principal. Si las personas quieren cuidar su esmalte dental, un truco simple es alternar el agua con gas y sin gas, para enjuagar los dientes y equilibrar la acidez en la boca.
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