Tras emitir su voto, la Presidente volvió a lamentar la denuncia contra Aníbal Fernández. Negó que haya nacido su nieta
Cerca del mediodía, Cristina Kirchner salió de su residencia en el Barrio Jardín y se dirigió al colegio Fátima donde vota en cada una de las elecciones. Esta vez lo hizo en la mesa 567. Aplaudida por vecinos y militantes en su ingreso al establecimiento, Cristina se mostró de buen humor y esperó su turno en la mesa para votar, ya que había algunos vecinos antes que ella. Se tomó unos minutos para saludar a los integrantes de la mesa que colocaron la urna frente a las cámaras.
Será la primera vez que la Mandataria tendrá en una boleta como candidato a su hijo Máximo que disputa una de las dos bancas que Santa Cruz renueva en el Congreso pero aclaró: "No vine a votar parientes, sino militantes y dirigentes. Lo significativo es que un joven haya fundado una agrupación y la conduzca junto a otros jóvenes, esto era impensable en la Argentina" dijo sobre su hijo.
La Mandataria que llegó vestida en tonos marrones,y acompañada por Daniel Alvarez -ex secretario privado y actual funcionario municipal-, recordó a Néstor Kirchner al referirse a la jornada electoral. "Es una jornada fantástica, estamos muy contentos porque es un momento muy particular para la vida de la democracia donde podemos votar con mucha tranquilidad, incluso cuando le tocó a Néstor ser electo veníamos de un país con cinco presidentes y una sociedad arruinada, este es un momento inédito", planteó ante la prensa.
"Es evidente que hubo una campaña sucia", cuestionó, tras haber sufragado en una escuela de Río Gallegos. Sus palabras se referían sobre todo al caso de Aníbal Fernández, quien el domingo pasado fue denunciado por un infome de Jorge Lanata por su presunto vínculo con el tráfico de efedrina y el triple crimen de General Rodríguez.
La mandataria prefirió eludir las consultas acerca de si el kirchnerista Julián Domínguez, rival de Aníbal Fernández en la interna para gobernador bonaerense del Frente para la Victoria, tuvo algo que ver con la acusación.
Tras los conflictos sindicales que vivió Río Gallegos e incluso forzaron a la renuncia del intendente, Cristina Kirchner aseguró que en la ciudad hubo "episodios increíbles" que fueron "acicateados" por quienes "creen que del caos se puede sacar rédito político".
"Siempre he sido una persona que ha condenado a quienes piensan que tanto peor, tanto mejor", señaló.
Cerca del mediodía, Cristina Kirchner salió de su residencia en el Barrio Jardín y se dirigió al colegio Fátima donde vota en cada una de las elecciones. Esta vez lo hizo en la mesa 567. Aplaudida por vecinos y militantes en su ingreso al establecimiento, Cristina se mostró de buen humor y esperó su turno en la mesa para votar, ya que había algunos vecinos antes que ella. Se tomó unos minutos para saludar a los integrantes de la mesa que colocaron la urna frente a las cámaras.
Será la primera vez que la Mandataria tendrá en una boleta como candidato a su hijo Máximo que disputa una de las dos bancas que Santa Cruz renueva en el Congreso pero aclaró: "No vine a votar parientes, sino militantes y dirigentes. Lo significativo es que un joven haya fundado una agrupación y la conduzca junto a otros jóvenes, esto era impensable en la Argentina" dijo sobre su hijo.
La Mandataria que llegó vestida en tonos marrones,y acompañada por Daniel Alvarez -ex secretario privado y actual funcionario municipal-, recordó a Néstor Kirchner al referirse a la jornada electoral. "Es una jornada fantástica, estamos muy contentos porque es un momento muy particular para la vida de la democracia donde podemos votar con mucha tranquilidad, incluso cuando le tocó a Néstor ser electo veníamos de un país con cinco presidentes y una sociedad arruinada, este es un momento inédito", planteó ante la prensa.
"Es evidente que hubo una campaña sucia", cuestionó, tras haber sufragado en una escuela de Río Gallegos. Sus palabras se referían sobre todo al caso de Aníbal Fernández, quien el domingo pasado fue denunciado por un infome de Jorge Lanata por su presunto vínculo con el tráfico de efedrina y el triple crimen de General Rodríguez.
La mandataria prefirió eludir las consultas acerca de si el kirchnerista Julián Domínguez, rival de Aníbal Fernández en la interna para gobernador bonaerense del Frente para la Victoria, tuvo algo que ver con la acusación.
Tras los conflictos sindicales que vivió Río Gallegos e incluso forzaron a la renuncia del intendente, Cristina Kirchner aseguró que en la ciudad hubo "episodios increíbles" que fueron "acicateados" por quienes "creen que del caos se puede sacar rédito político".
"Siempre he sido una persona que ha condenado a quienes piensan que tanto peor, tanto mejor", señaló.
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