La mayor fuerza política de Brasil ordenó la entrega de todos los cargos de los afiliados al partido; si la presidenta es apartada de su cargo, su vice asumiría el poder por hasta 180 días mientras el Senado decide quién ocupa la primera magistratura.

A los gritos "¡Fuera PT!", en referencia al Partido de los Trabajadores, los representantes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente Michel Temer, decidió que saldrá de la coalición gobernante que comanda Dilma Rousseff, en medio de la crisis política que atraviesa Brasil.
El partido se declaró "independiente" del Partido de los Trabajadores (PT) después de 12 años de alianza. Se adelantó así a un posible juicio político contra la mandataria.
Temer es el vicepresidente de la República y presidente nacional del PMDB, hasta ahora el mayor aliado de Rousseff. La ruptura de la alianza se da por sentada en Brasilia y, de concretarse, dará más fuerza al proceso con miras a destituir a la mandataria que tramita en el Congreso. Temer asumiría el cargo en caso de destitución de la presidenta.
El 23 de marzo, faltando cinco meses para los primeros Juegos Olímpicos en Sudámerica, dejó el cargo el ministro de Deportes, George Hilton.
En el encuentro de los caciques partidarios se ordenó la entrega de todos los cargos que los afiliados a esa formación tienen en el Gobierno. Esto podría obligar, en principio, a la renuncia de los siete ministros que tiene el PMDB en el Gabinete.
El domingo el vicepresidente había adelantado al ex mandatario Inácio Lula Da Silva que la ruptura con el PT era irreversible. Temer tiene un "plan de gobierno" en caso de que Dilma sea destituida, que incluye recortes de los programas sociales, privatizaciones y una mayor apertura comercial. Pero para ejecutar su plan primero debe llegar al poder.

A los gritos "¡Fuera PT!", en referencia al Partido de los Trabajadores, los representantes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente Michel Temer, decidió que saldrá de la coalición gobernante que comanda Dilma Rousseff, en medio de la crisis política que atraviesa Brasil.
El partido se declaró "independiente" del Partido de los Trabajadores (PT) después de 12 años de alianza. Se adelantó así a un posible juicio político contra la mandataria.
Temer es el vicepresidente de la República y presidente nacional del PMDB, hasta ahora el mayor aliado de Rousseff. La ruptura de la alianza se da por sentada en Brasilia y, de concretarse, dará más fuerza al proceso con miras a destituir a la mandataria que tramita en el Congreso. Temer asumiría el cargo en caso de destitución de la presidenta.
El 23 de marzo, faltando cinco meses para los primeros Juegos Olímpicos en Sudámerica, dejó el cargo el ministro de Deportes, George Hilton.
En el encuentro de los caciques partidarios se ordenó la entrega de todos los cargos que los afiliados a esa formación tienen en el Gobierno. Esto podría obligar, en principio, a la renuncia de los siete ministros que tiene el PMDB en el Gabinete.
El domingo el vicepresidente había adelantado al ex mandatario Inácio Lula Da Silva que la ruptura con el PT era irreversible. Temer tiene un "plan de gobierno" en caso de que Dilma sea destituida, que incluye recortes de los programas sociales, privatizaciones y una mayor apertura comercial. Pero para ejecutar su plan primero debe llegar al poder.
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