Señaló que si se el funcionario se enriqueció, no pudo hacerlo sólo. Y apuntó al convento: “Evidentemente había algo más que un conjunto de monjas”.

El fiscal federal Federico Delgado subrayó hoy la posibilidad de "seguir ascendiendo" sobre dirigentes de la Iglesia en la investigación que busca esclarecer la aparición del bolso con 9 millones de dólares en manos del ex secretario de Obras Públicas, José López.
Delgado remarcó su sospecha sobre el rol que tenía el convento de General Rodríguez, donde el ex funcionario kirchnerista quiso esconder el botín y un arma de alto calibre. "Del convento, todo lo que uno escucha puede ser cierto. Estamos trabajando para reconstruir qué pasaba ahí, porque evidentemente había algo más que un conjunto de religiosas consagrando su vida a la religión católica", expresó en diálogo con radio Del Plata.
El fiscal observó que "uno asocia a las monjas y a los conventos con una cosa diferente a ayudar a una persona a esconder dinero proveniente de un delito". Por lo tanto, advirtió que en la investigación en curso se trata de "un tema en sí mismo".
"Hay una zona muy gris, porque el arzobispo que murió (Rubén Di Monte) tenía una contabilidad que no se regía por las leyes civiles, sino que era una mezcla de su voluntad con el derecho canónico", explicó.
Respecto a los manejos económicos del convento, Delgado afirmó que "hay cosas que son hasta tragicómicas, porque había creado una suerte de fundación que dependía del Arzobispado".
"Di Monte era el presidente de la fundación y el arzobispo. Entonces, se mandaba cartas a sí mismo pidiéndose autorizaciones para hacer operaciones comerciales. No hay registros de donantes, no se sabe bien quién lo administraba, es un misterio saber quién era el representantes legal", amplió.
Sobre esas irregularidades, el fiscal indicó que "si bien no tiene que ver en sí mismo con el episodio de López, no se descarta para nada seguir ascendiendo" en la investigación hacia las autoridades de la Iglesia, ya que "al ser un delito hay una obligación de perseguirlo".

El fiscal federal Federico Delgado subrayó hoy la posibilidad de "seguir ascendiendo" sobre dirigentes de la Iglesia en la investigación que busca esclarecer la aparición del bolso con 9 millones de dólares en manos del ex secretario de Obras Públicas, José López.
Delgado remarcó su sospecha sobre el rol que tenía el convento de General Rodríguez, donde el ex funcionario kirchnerista quiso esconder el botín y un arma de alto calibre. "Del convento, todo lo que uno escucha puede ser cierto. Estamos trabajando para reconstruir qué pasaba ahí, porque evidentemente había algo más que un conjunto de religiosas consagrando su vida a la religión católica", expresó en diálogo con radio Del Plata.
El fiscal observó que "uno asocia a las monjas y a los conventos con una cosa diferente a ayudar a una persona a esconder dinero proveniente de un delito". Por lo tanto, advirtió que en la investigación en curso se trata de "un tema en sí mismo".
"Hay una zona muy gris, porque el arzobispo que murió (Rubén Di Monte) tenía una contabilidad que no se regía por las leyes civiles, sino que era una mezcla de su voluntad con el derecho canónico", explicó.
Respecto a los manejos económicos del convento, Delgado afirmó que "hay cosas que son hasta tragicómicas, porque había creado una suerte de fundación que dependía del Arzobispado".
"Di Monte era el presidente de la fundación y el arzobispo. Entonces, se mandaba cartas a sí mismo pidiéndose autorizaciones para hacer operaciones comerciales. No hay registros de donantes, no se sabe bien quién lo administraba, es un misterio saber quién era el representantes legal", amplió.
Sobre esas irregularidades, el fiscal indicó que "si bien no tiene que ver en sí mismo con el episodio de López, no se descarta para nada seguir ascendiendo" en la investigación hacia las autoridades de la Iglesia, ya que "al ser un delito hay una obligación de perseguirlo".
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