Condenaron a Cristian Martínez Poch a 37 años de prisión

Se trata del DJ que torturó y abusó de su ex mujer y sus hijas durante varios años. “Se hizo justicia. Fue un fallo ejemplar. Es el día más feliz de mi vida”, dijo Vanessa Rial.



El Tribunal Oral en lo Criminal 1, integrado por los jueces Juan José Ruiz, Carmen Palacios Arias y María Isabel Martiarena, dio a conocer el veredicto en el juicio oral que involucra a Cristian Martínez Poch, acusado de abusar de sus dos hijas cuando eran niñas y de encerrar, golpear y violar a su novia, Vanessa Rial.

Por unanimidad, los magistrados condenaron al acusado a 37 años de cárcel. "Tuve en cuenta la ley de Violencia de Género y la Convención Universal de los Derechos del Niño", dijo el juez Ruiz. "El Tribunal tenía pensado darle más años, pero legalmente no podíamos", aclaró el magistrado. Durante los alegatos del juicio, la fiscal María Florencia Budiño pidió que el hombre sea condenado a 40 años de prisión, por considerar que los hechos que se le imputan al disc jockey "se encuentran probados".



"Es un fallo ejemplar para que no haya más Martínez Poch", destacó Vanessa al final de la lectura de la sentencia. "Con las cámaras y la medicación, vamos a salir adelante", dijo la mujer. "Voy a quedarme con mis amigos. Estoy agradecida del juez. Es un ejemplo. Terminó la pesadilla. Empiezo a ejercer de nuevo mi profesión y quiero formar una familia porque no estuve nunca más con un hombre. Voy a compartir mi experiencia para que esto sirva de ejemplo", agregó.

En medio de la lectura del fallo y lejos de mostrar algún tipo de arrepentimiento, Martínez Poch sonrió, le hizo gestos de provocación a los asistentes a la audiencia y se metió el dedo mayor en la boca. "La pena es de cumplimiento efectivo. No me importa si se reía. Ahora va a tener mucho tiempo para pensar", agregó el magistrado, quien también se mostró movilizado. "Espero que esto siente un antecedente", remarcó.

De acuerdo con la lectura del fallo, el DJ fue hallado culpable del delito de abuso y corrupción de sus dos hijas cuando eran menores de edad y por privar de su libertad, golpear y violar a su ex.

La defensa del acusado argumentó que su cliente no tenía conciencia de lo que hacía. Esto con el objetivo de conseguir la inimputabilidad. Sin embargo el tribunal no dio lugar y consideró que Martínez Poch sabía la gravedad del hecho. "Luego de analizarlo, el tribunal llegó a la conclusión de que sabía en un 80% lo que hacía", dijo Ruiz en la lectura del fallo.

"El imputado quería que sus hijas lo lesionaran con una pinza. Rial relató que después de las golpizas la lavaba con lavandina y lysoform para borrar sus heridas. Lejos de no comprender, tenía la capacidad suficiente para intentar burlar a la justicia. Sus actos estaban planificados y comprendía el daño que causaba. El tribunal por unanimidad pudo comprender la criminalidad del acto y actuar en consecuencia", precisó el juez.

En cuanto al caso de Vanessa Rial, los jueces encontraron al acusado como "autor penalmente responsable de los delitos de privación ilegal de la libertad agravada por haberse cometido por violencias y amenazas, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal reiterado calificado por resultar un grave daño en la salud mental de la víctima y por ser cometido por dos o más personas, lo que por la duración y las circunstancias de su realización, configuraron un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima".

Y en el caso de las dos menores, el tribunal consideró que Martínez Poch es culpable de los delitos de "corrupción de menores agravada por violencia, amenaza intimidación y por el vínculo de parentesco en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante para las víctimas por su duración en el tiempo y las circunstancias de su realización agravado por el vínculo de parentesco, uno de ellos a su vez agravado por haber resultado un grave daño en la salud mental de MJ" (una de las menores abusadas).

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