El fiscal Fabricio Sidoti busca elementos probatorios de las denuncias de abuso sexual infantil.

El Instituto Próvolo de Mendoza, denunciado recientemente como lugar donde se cometieron abusos sexuales a niños hipoacúsicos, fue allanado nuevamente en busca de documentación que pueda ser útil para la causa, revelaron fuentes de la investigación.
Este es el segundo allanamiento que realiza la justicia en la institución educativa, luego de que en el primero la policía secuestró, entre otros elementos, computadoras y dispositivos electrónicos que serán analizados para determinar si contienen algún tipo de material pornográfico. "Volvimos a buscar documentación porque el lugar es muy grande", dijo el fiscal Fabricio Sidoti, quien ordenó investigar además si existe alguna denuncia previa a estos hechos, que data de 2008, según información que aportó la madre de una ex alumna del instituto.
En tanto, Sandra Capdevilla, una de las intérpretes en lenguaje de señas que tuvo contacto con la primera denunciante, dijo que "la persona sorda, se acercó a mi y a otra colega, Débora Pizarro, para comentarnos lo que a ella le estaba sucediendo y en su momento yo grabé, sin filmarlo, o sea, interpreté con voz lo que ella iba diciendo. Le explicamos que este era un caso muy delicado, que debía hacer una denuncia".
Capdevila sostuvo que le aconsejó que "tenía que tomar la decisión de hacer la denuncia cuando ella creyera conveniente", y agregó que además le indicó que "si no lo quería hacer ella, en su momento le dije yo que lo iba a hacer".
"Esto en mi carrera de 25 años como intérprete ha sido terrible. He estado en varios casos de abusos, pero particulares, de una persona. Pero esto nos ha superado", apuntó.
Finalmente, expresó que "nuestro trabajo, nuestro puente de comunicación con ellos, cada cosa que vamos viendo todos los días, es terrible, en el sentido que los chicos tienen muchísimo miedo. Ellos se sienten muy culpables, creen que la culpa es toda de ellos y además, están muy bloqueados".
Entre los detenidos por el caso están los sacerdotes Nicolás Corradi, de 82 años, y Horacio Corbacho, de 55, y tres empleados del Instituto, Jorge Bordón, de 55, -que además era monaguillo-, José Luis Ojeda, de 41, y el jardinero Armando Gómez, de 46.

El Instituto Próvolo de Mendoza, denunciado recientemente como lugar donde se cometieron abusos sexuales a niños hipoacúsicos, fue allanado nuevamente en busca de documentación que pueda ser útil para la causa, revelaron fuentes de la investigación.
Este es el segundo allanamiento que realiza la justicia en la institución educativa, luego de que en el primero la policía secuestró, entre otros elementos, computadoras y dispositivos electrónicos que serán analizados para determinar si contienen algún tipo de material pornográfico. "Volvimos a buscar documentación porque el lugar es muy grande", dijo el fiscal Fabricio Sidoti, quien ordenó investigar además si existe alguna denuncia previa a estos hechos, que data de 2008, según información que aportó la madre de una ex alumna del instituto.
En tanto, Sandra Capdevilla, una de las intérpretes en lenguaje de señas que tuvo contacto con la primera denunciante, dijo que "la persona sorda, se acercó a mi y a otra colega, Débora Pizarro, para comentarnos lo que a ella le estaba sucediendo y en su momento yo grabé, sin filmarlo, o sea, interpreté con voz lo que ella iba diciendo. Le explicamos que este era un caso muy delicado, que debía hacer una denuncia".
Capdevila sostuvo que le aconsejó que "tenía que tomar la decisión de hacer la denuncia cuando ella creyera conveniente", y agregó que además le indicó que "si no lo quería hacer ella, en su momento le dije yo que lo iba a hacer".
"Esto en mi carrera de 25 años como intérprete ha sido terrible. He estado en varios casos de abusos, pero particulares, de una persona. Pero esto nos ha superado", apuntó.
Finalmente, expresó que "nuestro trabajo, nuestro puente de comunicación con ellos, cada cosa que vamos viendo todos los días, es terrible, en el sentido que los chicos tienen muchísimo miedo. Ellos se sienten muy culpables, creen que la culpa es toda de ellos y además, están muy bloqueados".
Entre los detenidos por el caso están los sacerdotes Nicolás Corradi, de 82 años, y Horacio Corbacho, de 55, y tres empleados del Instituto, Jorge Bordón, de 55, -que además era monaguillo-, José Luis Ojeda, de 41, y el jardinero Armando Gómez, de 46.
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