El equipo de Jorge Sampaoli le ganó 6 a 0 al combinado local con goles de Federico Fazio, Joaquín Correa, Alejandro Gómez, Leandro Paredes, Lucas Alario y un lujo de Ángel Di María
El seleccionado argentino de fútbol goleó por 6-0 a Singapur en un partido sin equivalencias, en el que el entrenador Jorge Sampaoli optó por probar jugadores, estrategias y sociedades de ataque.
Federico Fazio, Joaquín Correa, Alejandro "Papu" Gómez, Leandro Paredes y Lucas Alario marcaron sus primeros goles en el seleccionado, coronados por un lujo de Angel Di María.
Si la búsqueda de Sampaoli con tantos delanteros y volantes ofensivos (solo dos defensores netos) fue la recuperación rápida de pelota, los jugadores locales apenas si pudieron mantener la posesión por no más de un minuto.
Apenas si atinaron a cumplir la disciplina estratégica de mover una línea de cinco y otra de cuatro, logrando apenas achicar espacios y por momentos sus jugadores parecieron conitos rojos en un entrenamiento.
Ante ello Sampaoli aprovechó para jugar corto, con Dybala y Lanzini como enlaces, con Papu por izquierda y Di María por derecha y cambiando de andarivel en el segundo tiempo. Y con Correa como un nueve pistón que se retrasaba, buscando sociedad para meterse en el área con paredes o conexiones escalonadas. Biglia, el capitán del día, fue hoy más un pivot de medio como hilván de Lanzini y Dybala que un volante de contención, porque en esa tarea no tuvo trabajo.
Pese a la clara búsqueda de Sampaoli de jugar corto y por abajo, paradójicamente el primer gol fue de pelota parada: un corner desde la derecha lanzado por Papu Gómez, llegó a medio del área, algunos defensores se fueron con un atacante equivocado y otros se quedaron. Fazio puso el pie y la pelota entró junto a un palo a los 24 minutos.
Seis después Dybala llegó al fondo centro a ras y Correa conectó al primer palo.
En el segundo se dieron cambios de nombres y de posiciones. Alario por Correa, Paredes por Lanzini, Banega por Biglia, Nacho Fernández por Papu. Acuña y Salvio en su funciones de laterales de ataque se metieron más adentro para sumarse a la estrategia de gestación, con Nacho y Paredes, Dybala se hizo más profundo, aunque durante todo el partido fue quien dio el pase para recibir la devolución.
Luego de un corrimiento de pelota de derecha a izquierda, Gómez sacó un zurdazo que se metió a centímetros del palo derecho del arquero Mahboud.
Faltaba Paredes, que prologó con un remate fortísimo que dio en el palo y luego sí casi de misma posición abrió el pie y convirtió al segundo palo.
El dominio de Argentina fue tal que a tres minutos del final tuvo siete jugadores en las márgenes o en el interior del área.
Faltaba más todavía, un pase perfecto de Di María para el primer gol de Alario y sobre el final, la coronación de la goleada con una pisadita de Di María de espaldas al arco.
Sampaoli ejercitó a sus futbolistas en Singapur y se verá si sacó provecho alguno para ir a fines de agosto a Montevideo en Uruguay, donde encontrará otra resistencia.
El seleccionado argentino de fútbol goleó por 6-0 a Singapur en un partido sin equivalencias, en el que el entrenador Jorge Sampaoli optó por probar jugadores, estrategias y sociedades de ataque.
Federico Fazio, Joaquín Correa, Alejandro "Papu" Gómez, Leandro Paredes y Lucas Alario marcaron sus primeros goles en el seleccionado, coronados por un lujo de Angel Di María.
Si la búsqueda de Sampaoli con tantos delanteros y volantes ofensivos (solo dos defensores netos) fue la recuperación rápida de pelota, los jugadores locales apenas si pudieron mantener la posesión por no más de un minuto.
Apenas si atinaron a cumplir la disciplina estratégica de mover una línea de cinco y otra de cuatro, logrando apenas achicar espacios y por momentos sus jugadores parecieron conitos rojos en un entrenamiento.
Ante ello Sampaoli aprovechó para jugar corto, con Dybala y Lanzini como enlaces, con Papu por izquierda y Di María por derecha y cambiando de andarivel en el segundo tiempo. Y con Correa como un nueve pistón que se retrasaba, buscando sociedad para meterse en el área con paredes o conexiones escalonadas. Biglia, el capitán del día, fue hoy más un pivot de medio como hilván de Lanzini y Dybala que un volante de contención, porque en esa tarea no tuvo trabajo.
Pese a la clara búsqueda de Sampaoli de jugar corto y por abajo, paradójicamente el primer gol fue de pelota parada: un corner desde la derecha lanzado por Papu Gómez, llegó a medio del área, algunos defensores se fueron con un atacante equivocado y otros se quedaron. Fazio puso el pie y la pelota entró junto a un palo a los 24 minutos.
Seis después Dybala llegó al fondo centro a ras y Correa conectó al primer palo.
En el segundo se dieron cambios de nombres y de posiciones. Alario por Correa, Paredes por Lanzini, Banega por Biglia, Nacho Fernández por Papu. Acuña y Salvio en su funciones de laterales de ataque se metieron más adentro para sumarse a la estrategia de gestación, con Nacho y Paredes, Dybala se hizo más profundo, aunque durante todo el partido fue quien dio el pase para recibir la devolución.
Luego de un corrimiento de pelota de derecha a izquierda, Gómez sacó un zurdazo que se metió a centímetros del palo derecho del arquero Mahboud.
Faltaba Paredes, que prologó con un remate fortísimo que dio en el palo y luego sí casi de misma posición abrió el pie y convirtió al segundo palo.
El dominio de Argentina fue tal que a tres minutos del final tuvo siete jugadores en las márgenes o en el interior del área.
Faltaba más todavía, un pase perfecto de Di María para el primer gol de Alario y sobre el final, la coronación de la goleada con una pisadita de Di María de espaldas al arco.
Sampaoli ejercitó a sus futbolistas en Singapur y se verá si sacó provecho alguno para ir a fines de agosto a Montevideo en Uruguay, donde encontrará otra resistencia.
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