Los medios oficiales norcoreanos calificaron hoy de "provocación" el envío de dos bombarderos estadounidenses a la península coreana para realizar maniobras y advirtieron de que estos ejercicios "podrían causar el estallido de una guerra nuclear".
Pyongyang reaccionó así al despliegue de dos bombarderos estratégicos B-1B estadounidenses, que llevaron a cabo simulacros de ataques de precisión en territorio surcoreano junto a cazas de este país como señal de advertencia al gobierno norcoreano por su ensayo con un misil balístico intercontinental.
"No jueguen con un barril de pólvora", advirtió el diario norcoreano Rodong, portavoz del partido único en el poder, en una editorial donde acusaba al gobierno de Donald Trump de aumentar la presión con sus maniobras militares conjuntas.
"Estados Unidos afirma que desplegará de forma regular bombarderos estratégicos en la península de Corea, un acto tan disparatado como jugar a encender fuego encima de un depósito de municiones" publicó hoy en un artículo de opinión el Rodong Sinmun, el principal periódico norcoreano.
"Un simple error o malinterpretación podría conducir al estallido de una guerra nuclear y, a su vez, esto conllevaría sin duda una nueva Guerra Mundial", añade el diario oficial del Partido de los Trabajadores.
El artículo también justifica como "medidas legítimas de defensa" las pruebas armamentísticas norcoreanas, ante las "crecientes amenazas de guerra nuclear" contra Pyongyang por parte de Washington.
Las maniobras aéreas realizadas en las últimas horas por Washington y Seúl constituyen "una firme respuesta a la serie de lanzamientos de misiles balísticos por parte de Corea del Norte", según dijo un portavoz de las fuerzas surcoreanas.
Los B-1B Lancers sobrevolaron el Mar del Este (Mar de Japón), se aproximaron a la frontera que delimita a las dos Coreas y posteriormente se unieron a cazas surcoreanos F-15K y F-16 en la provincia de Gangwon (este) para ensayar con fuego real ataques a instalaciones clave norcoreanas, según la misma fuente.
Estos ejercicios se enmarcan en las amplias maniobras con fuego real ejecutadas por Washington y Seúl en respuesta al lanzamiento del proyectil intercontinental del pasado martes, que incluyeron el lanzamiento de varios misiles guiados y un notable despliegue de sus fuerzas navales y aéreas.
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