El equipo culé cayó 1-0. A Messi le atajaron un penal en el primer tiempo.
El Barcelona sumó hoy su primera derrota desde el 16 de agosto al perder 1-0 ante el Espanyol en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey en un partido marcado por el penal errado por Lionel Messi en la segunda parte.
Desde que cayera 2-0 ante el Real Madrid en la Supercopa de España, el equipo de Ernesto Valverde había encadenado una racha victoriosa que se vio truncada en el clásico del fútbol catalán con un gol postrero de Óscar Melendo que pone al campeón de Copa en una situación muy incómoda.
No fue la mejor versión del equipo azulgrana, que presentó numerosos cambios. Su técnico, Ernesto Valverde, dejó fuera inicialmente a hombres tan importantes como Marc-André Ter Stegen, Jordi Alba o especialmente Luis Suárez.
El Espanyol planteó inicialmente un duelo áspero y ultradefensivo. No le interesó que pasaran cosas. Por su parte, el Barcelona tampoco quiso aplicarse demasiado, como si no le importara dejar pasar los minutos de una eliminatoria que es a dos partidos.
Lo único notable que ocurrió antes del descanso fue justo antes del intermedio, cuando Debis Suárez se quedó solo y la mandó fuera. Tenía todo a favor.
La segunda mitad fue diferente. Los dos equipos se quitaron las cadenas y el choque se pareció más a lo que suele ser un clásico de enorme rivalidad.
A los 63 minutos llegó la jugada decisiva del partido. Sergi Roberto fue derribado en el área, Messi lanzó y Diego López realizó una para prodigiosa.
La acción tuvo efectos colaterales porque entonces el Espanyol cobró un segundo aire y ya lo puso todo. También en ataque. A cambio, el Barcelona pareció despistarse mientras Gerard Piqué pedía a sus compañeros "cabeza" insistentemente.
No se equivocaba. El Espanyol sostuvo su fe y a dos minutos del final castigó la indolencia azulgrana con un bonito gol de Melendo que llevó la euforia a la hinchada local y la incredulidad a los visitantes.
El Barcelona sumó hoy su primera derrota desde el 16 de agosto al perder 1-0 ante el Espanyol en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey en un partido marcado por el penal errado por Lionel Messi en la segunda parte.
Desde que cayera 2-0 ante el Real Madrid en la Supercopa de España, el equipo de Ernesto Valverde había encadenado una racha victoriosa que se vio truncada en el clásico del fútbol catalán con un gol postrero de Óscar Melendo que pone al campeón de Copa en una situación muy incómoda.
No fue la mejor versión del equipo azulgrana, que presentó numerosos cambios. Su técnico, Ernesto Valverde, dejó fuera inicialmente a hombres tan importantes como Marc-André Ter Stegen, Jordi Alba o especialmente Luis Suárez.
El Espanyol planteó inicialmente un duelo áspero y ultradefensivo. No le interesó que pasaran cosas. Por su parte, el Barcelona tampoco quiso aplicarse demasiado, como si no le importara dejar pasar los minutos de una eliminatoria que es a dos partidos.
Lo único notable que ocurrió antes del descanso fue justo antes del intermedio, cuando Debis Suárez se quedó solo y la mandó fuera. Tenía todo a favor.
La segunda mitad fue diferente. Los dos equipos se quitaron las cadenas y el choque se pareció más a lo que suele ser un clásico de enorme rivalidad.
A los 63 minutos llegó la jugada decisiva del partido. Sergi Roberto fue derribado en el área, Messi lanzó y Diego López realizó una para prodigiosa.
La acción tuvo efectos colaterales porque entonces el Espanyol cobró un segundo aire y ya lo puso todo. También en ataque. A cambio, el Barcelona pareció despistarse mientras Gerard Piqué pedía a sus compañeros "cabeza" insistentemente.
No se equivocaba. El Espanyol sostuvo su fe y a dos minutos del final castigó la indolencia azulgrana con un bonito gol de Melendo que llevó la euforia a la hinchada local y la incredulidad a los visitantes.
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