La intendenta de La Matanza, Verónica Magario, vivió un incómodo momento cuando asistió a la misa en la iglesia del Obispado de San Justo, en la que se rezó por la salud de la policía baleada en el tiroteo de la comisaría de esa localidad. La mandataria debió retirarse del lugar tras recibir de forma sostenida insultos, gritos y reclamos por la seguridad por parte de varios vecinos.
Magario fue cuestionada por el ataque que sufrió la comisaría de San Justo el domingo pasado a la madrugada, en el que la agente Rocío Villarreal, de 25 años, recibió un tiro en el abdomen y ahora la joven permanece internada en estado reservado en el Centro Médico Fitz Roy con "lesiones severas en la columna".
Mientras salía de la iglesia, fue entrevistada por el canal Todo Noticias y fue consultada por el caso de la sargento pero evadió las preguntas: "Los familiares están muy consternados. Iban a venir y no pudieron. Les pido que respetemos el momento de ellos". La jefa comunal precisó que mañana se reunirá con el el ministro Cristian Ritondo para "trabajar juntos".
Mientras respondía las preguntas de la periodista, se escuhaba de fondo los gritos de algunos vecinos que la siguieron cuando se fue de la misa. "¡Dónde está la seguridad!", "Ladrona", "Poné a la policía", "Delincuente", "Mirá cómo matan a la gente", fueron algunos de los reproches que se le hicieron.
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