Una refinería que se convierte en parte de la batalla por Venezuela

Citgo, la filial estadounidense de la estatal petrolera Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), está a punto de convertirse en una pieza del ajedrez político entre Estados Unidos y el gobierno que encabeza Nicolás Maduro.

El gobierno de Donald Trump está tratando de transferir los activos de la filial de refinerías al equipo de Juan Guaidó, quien como presidente de la Asamblea Nacional es reconocido por muchos gobiernos como el presidente legítimo de Venezuela.

Tal cambio en Citgo equivaldría de facto a darle a Guaidó un enorme poder. “Es más que simbólico”, dijo William Burke-White, profesor de derecho internacional de la Universidad de Pensilvania. “Está surgiendo una estructura de poder alternativa, un mundo en que hay otra entidad que cuestiona todas las fuentes de autoridad que tiene Maduro”, añadió.

Citgo hasta ahora repatriaba sus ganancias a PDVSA. Además enviaba combustible que Venezuela necesita porque su capacidad de refinamiento se ha deteriorado. Pero las sanciones han prohibido estas exportaciones. Como otras refinerías, ahora Citgo puede importar petróleo venezolano solo si hace los pagos a cuentas que no están al alcance del régimen de Maduro. Ello implica que con mucha probabilidad, PDVSA dejará de enviar cargamentos a Estados Unidos.

Citgo no es directamente objeto de las sanciones. El gobierno de Trump la calificó de excepción a fin de permitir que los estadounidenses puedan seguir negocios con ella.

Guaidó ha dicho que pronto nombrará a una nueva junta directiva para Citgo. Legalmente, no enfrenta grandes obstáculos. Hay cierto precedente, como cuando en el 2011 Estados Unidos y otros gobiernos reconocieron a una coalición de grupos rebeldes como el gobierno legítimo de Libia a pesar de que Moamar Gadafi seguía en el poder en Trípoli. La decisión le permitió a esa coalición libia controlar los activos de su país en el extranjero. “La ley internacional permite que esto ocurra”, dijo Burke-White.

Imponer ese cambio, sin embargo, tiene sus problemas logísticos. Pedro Burelli, un consultor basado en Estados Unidos que fue parte de la junta ejecutiva de PDVSA hasta 1998, opinó que Guaidó primero debe nombrar una nueva gerencia en PDVSA que a su vez se encargaría del proceso para que los accionistas voten y seleccionan una nueva junta en Citgo. Pero ese nuevo liderazgo de PDVSA no podría por ahora tener acceso a las operaciones de la compañía matriz porque sigue estando bajo el control de Maduro.

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