A los 65 años, murió Beatriz Salomón

El cuadro de la actriz había empeorado en las últimas horas y en las redes sociales se unieron para pedir por ella.



La actriz Beatriz Salomón murió este sábado a la tarde, a los 65 años. La ex “chica Olmedo” estaba internada en el Hospital Fernández desde el pasado 5 de junio, cuando tuvo una recaída en su tratamiento contra un cáncer de colon que la afectaba hacía un año.

La abogada Ana Rosenfeld había confirmado esta mañana que Salomón ya había entrado en coma luego de que se pidiera una cadena de oración por su salud.



El viernes a la noche, el pronóstico era el más triste: "Delícadísima", definió su amigo, el periodista Lío Pecoraro.
En 2018, la exvedette fue diagnosticada con cáncer de colon y comenzó un tratamiento con quimioterapia.

En abril de este año, estuvo en la mesa de Mirtha Legrand y contó que estaba en plena recuperación.



"Esta enfermedad es muy cruel. Bajé 10 kilos y perdí toda la masa muscular y mi melena. Esto es una peluca", contó, en aquel entonces.

Los grandes pilares de la actriz fueron sus amadas hijas, Bettina y Noelia. "Me agarré mucho de ellas. Son lo más importante que tengo", definió. Beatriz también contó con su exmarido, Alberto Ferriols, que después de más de una década de distanciamiento tras el divorcio, se reconcilió con ella y estuvo a su lado en este momento tan crítico.



Antes de incursionar en el mundo del espectáculo, Salomón trabajó en un banco en su provincia natal de San Juan. Recién en 1971 dio los primeros pasos ante las cámaras cuando ganó el concurso Miss San Juan, un título que la habilitó para ser precandidata a Miss Universo por Argentina. Esos años fueron de pura pasarela para Beatriz.

​Con Alberto Olmedo se convirtió en una estrella de la TV y se ganó el rótulo de "chica de Olmedo" junto a otras legendarias vedettes de la época como Susana Romero, Silvia Pérez, Divina Gloria y Adriana Brodsky.

Entre 1980 y 1990 trabajó junto a otras grandes figuras del humor como Jorge Porcel, Jorge Corona, Tristán y Guillermo Francella.

Su gran sello fue su exótica belleza - herencia de su familia de origen sirio- imponente figura y su extravagante vestimenta. También cultivó un costado erótico: fue tapa en tres oportunidades de las revistas Playboy y Eroticón.

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